Capítulo 30
¿Qué me pasa? ¿Por qué me siento así? ¿En qué momento paso todo esto? ¿Por qué cuando estoy con ella todo mi mundo se transforma? Esa noche fue la primera vez que sentí miedo de mis sentimientos hacia una mujer y tampoco sé qué hacer con esto dentro de mí.
No sé cuánto tiempo paso mientras pensaba en esto que me está pasando, talvez pasó una hora o dos antes de quedarme dormido con ella entre mis brazos, su piel es tan suave y su aroma es tan embriagante que no quería despegarla de mí… ¿Sera que la amo? ¿Es esto amor?
Abrí mis ojos y con la vista algo empañada me di cuenta que no estaba a mi lado. La busque con la mirada por toda la habitación pero no estaba ahí, pensé que estaría en el baño pero tampoco estaba, aunque las gotas de agua en la ducha eran prueba de que se había bañado. Escuche un ruido y camine hasta llegar a la cocina, antes me subí un bóxer para no andar como Dios me trajo al mundo…Ahí estaba con mi camisa puesta, moviendo su trasero de forma muy provocativa. Estaba muy concentrada y no se estaba dando cuenta que la estaba mirando desde atrás mordiéndome el labio inferior al ver la manera en que agitaba su trasero, me acerque lentamente en puntillas mientras ella tarareaba una canción de Exo-K con la intención de sorprenderla.
-¡Bu!-Pegó un grito y saltó del susto.
-¡Yaaaah! ¡Pudiste matarme de un susto!!! –Grito al voltearse y yo solo me reí de su reacción—
-Lo siento pero de verdad fue muy divertido.-Seguía riéndome de ella.
-Pues yo no le veo nada de divertido.-Puso cara de enojada y se volteó.
-Está bien, no lo vuelvo a hacer ¿Me perdonas? ¿Uh? ¿Vas a perdonarme? ¿Lo harás?-La abrazaba por detrás y le daba algunos besos cortos en el cuello.
-Está bien, voy a perdonarte solo porque hoy me desperté de buen humor.-Volteo y mostro una sonrisa, esa sonrisa que me encanta ver pintada en su hermoso rostro.
-¿Puedo saber que estás haciendo en mi cocina?-Empecé a besar su cuello otra vez, me encanta hacerlo porque es su punto débil…la parte que está justo debajo del lóbulo de su oreja izquierda, lo sé porque su piel se eriza cada vez que lo hago.
-Pues estaba haciendo hotcakes, pero llegaste y me interrumpiste así que ahora te sientas y esperas a que termine.-Me empujo hasta hacer que me sentara en una de las sillas del pequeño comedor que tengo en la misma área de la cocina.
No me quedo otro remedio que quedarme quieto a esperar que terminara. Pero para ser sincero no me importaba esperar con tan hermosa vista que tenía al frente, se veía tan condenadamente sexy que me tenía totalmente embelesado.
-¿Estas mirando mi trasero verdad?-Dijo sin voltearse.
-Si.-respondí con descaro.
-Pervertido.
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Apuestas peligrosas
Romance¿Apuestas? ¿Qué estás dispuesto a apostar? ¿Te atreverías apostar tu amor? Pues yo lo hice, aposte a que el no ganaría mi amor. Cuando empecé a repartir las cartas sobre la mesa estaba confiada que ganaría el juego pero él jugaba tan bien o mejor qu...