Capítulo 1. El comienzo.

3.6K 103 70
                                    

️⚠️

Me encanta escribir, aunque aún estoy aprendiendo mucho y día a día me esfuerzo muchísimo. Escribir es algo que disfruto muchísimo y amo hacer. Quiero que sepan, que me esfuerzo más que nunca en esta historia, y que espero algún día poder mejorar en lo que tanto amo hacer.

DATO: ESTA HISTORIA ESTÁ SIENDO CORREGIDA (los errores de ortografía).

MUCHAS GRACIAS POR INTERESARTE EN LEER MI HISTORIA. Aunque tan solo haya sido un capítulo, ya tienes un pedacito de mi corazón <3.

Son bienvenidos a dar su opinión, sea mala o buena. Recuerden ser respetuosos con los demás.

Este capítulo es largo, sólo porque es el primero y había mucho que hacer. Los demás son un poco más cortos que este, lo prometo.

Gracias por todo <3.





◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇

El calor. Desde pequeña, amaba el verano con cada profunda parte de mi ser. Es mi estación favorita de todo el año, aunque muchísimas personas la odien.

Amaba sentir como el radiante sol de Beverly Hills, azotaba mi piel con fuerza.

Se podría decir que los dias aquí son verdaderamente calurosos.

Los adolescentes se pasean de un lado a otro, lo cuál es bastante normal considerando que hoy era un domingo por la tarde. Mañana, lunes, el asqueroso instituto volvería a castigarnos y azotarnos hasta el próximo fin de semana.

Mis pies dolían debido a que llevaba caminando durante dos horas seguidas a lo largo de mi centro comercial favorito en todo Beverly Hills. 

En mis manos cargaba cinco bolsas repletas de nueva ropa y zapatos que usaré a lo largo de todo el año, y que luego probablemente sea arrebatada por una de mis hermanas menores.

—Estos zapatos son la mejor compra que pude haber hecho en mucho tiempo. —la rubia a mi costado sacude una caja con sus zapatos, y me quita de mis pensamientos.

—En serio necesitarás mucha práctica para lograr domar esos tacones de diez centímetros de alto, Ludo. —dejo salir una pequeña risa, y le doy un golpecito con mi codo.

—No olvidemos la última fiesta..., terminamos en un hospital por una torcedura de tobillo. —La pelinegra a mi lado hace que soltemos una risa enorme al recordar aquello.

—Heather, dijimos que nunca volveríamos a hablar de ese tema. —las mejillas de Ludovica se tiñen se un color carmesí al recordar su caída.

—¡Es imposible, juro que podría vivir riéndome de lo que pasó esa noche! —me disculpé. —Lo siento...

—Como sea, supongo que sí fue gracioso. —ella se encogió de hombros, sonriendo también.

—Bien, Ludo, mamá me ha mandado más de quince mensajes en los últimos veinte minutos. —avisó Heather.

—¿Su madre?—hundí mis cejas. —Que extraño..., nunca suele enviarles mensajes a menos que sea algo grave.

—¡Lo sé, es demasiado raro! —asintió la rubia. —Llevamos esquivándola desde la mañana, había dicho que tiene algo muy importante que decírnos. Y va matarnos si seguimos huyendo.

—Será mejor se vayan a ver que sucede, ¿bien? Nos encontramos a las tres en punto, en la playa. —la señalé a ambas.

—De acuerdo. —asintieron. —Nos vemos luego.

Tenemos Un Trato. [Completada]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora