capítulo 24: Sueños y realidad.

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El reloj marcaba las 2:10 de la madrugada.

Yo estaba gritando y riendo junto a mis dos amigas. Decidí llamarlas para pedirles un consejo, aunque obviamente ellas no se toman nada en serio.

—¡Tienes un autocontrol demasiado fuerte! —Hetaher grita emocionada.

—No es para tanto. —negué.

¡¿Qué no es para tanto?! ¡Te bañaste con Jared y hablaron sobre sumisos y sexo desenfrenado! —vuelve a gritar, completamente emocionada.

—No nos bañamos... de forma literal. Sólo nos metimos bajo el agua, completamente vestidos. Pero, bueno, JJ no traía su camiseta. —murmuré.

¡¿Podrías por favor aceptar, por un segundo, que estás estás loca por él?!—Ludo lanza una patata frita a la cámara de su computador.

—Bien..., JJ es atractivo. —me rendí.

¡No es necesario que lo digas, porque todos lo notamos! —Heather cubre su rostro con una almohada, reprimiendo un grito.

Ya, locas, dejen de gritar. —solté una risa. —Y oigan, ya debo dormir, pero las llamaré mañana por la tarde.

¡Adiooos!

Sonreí y bajé la pantalla de mi laptop, para luego dejarla sobre mi mesita de noche. 

Me metí dentro de las mantas, y cerré mis ojos. Comencé a contar ovejas, hasta que logré dormir.
                        
                            ******

Un sonido sumamente extraño hizo que me levante de un salto en la cama. Pegué un grito chiquito, y al observar frente a mí, hundí mis cejas al ver la silieta de alguien sentando en una silla, justo frente a mí cama.

Con el corazón acelerado, encendí velozmente la pequeña lámpara que hay a un lado en mi cama.

Miré de nuevo donde estaba aquella silueta.

Grité al ver de quien se trataba.

—¡¿Jared?!

¡¿Qué hace JJ en mi habitación a las 3 de la mañana?! ¡¿Y por qué no trae...?! ¡Oh, dios, no trae su camiseta!

Creo que tenemos algo pendiente.

Se levantó, y comenzó a acercarse a mí poco a poco.

Se sienta a mi lado, y con sus dedos acomoda un mechón de mi cabello detrás de mí oreja.

Luego se acerca para besar la comisura de mis labios, y continuar bajando poco a poco.

—Esto no está bien. —murmuré.

Él hizo caso omiso, y continuó bajando y dejando besos sobre mi piel. Besó mi cuello, mi clavícula.

Mi corazón latía rápidamente, y mi mente de seguro se encontraba en China.

¡Definitivamente quiero hacer esto y mucho más!

No me importa absolutamente nada, sólo me concentro en lo bien que se siente estar con JJ. O, mejor dicho... lo bien que se siente lo que está haciendo.

Y en ese momento, una melodía extraña comenzó a sonar. Intenté ignorarla.

Pero cuando menos me di cuenta, mi cuerpo dio un salto gigantesco en la cama, haciéndome acabar sentada.

Estaba bañada en sudor, de pies a cabeza. Los rayos de sol se colaban por mi ventana, y algunas aves cantaban desde sus nidos en los árboles.

No estaba JJ. No era de noche. Y no había pasado nada de lo que creí que... había pasado.

Tenemos Un Trato. [Completada]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora