capítulo 40: Corazones quebrados

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La clase de biología transcurre de forma tan aburrida que desearía cortar mis venas con un maldito lápiz. La profesora Kramer habla sin parar, mientras escribe en su pizarra. Algunos adolescentes prestan atención, otros hacen tonterías desde el fondo de la sala, y otros simplemente duermen.

—El examen es mañana por la mañana. Les deseo suerte a todos aquellos que no prestan atención en mis clases. —la señora acomoda sus gafas.

El timbre suena justo a tiempo, y todos toman sus cosas para comenzar a dirigirse a salida con pasos perezosos.

Me volteo al sentir ese exquisito perfume, que reconozco inmediatamente. Volteo mi rostro, y todo mi cuerpo se paraliza al ver como JJ pasa por mi lado, sosteniendo sus libros.

Me ignora por completo. Literalmente hace de cuenta de que yo no existo, tal y como dijo que haría.

Han pasado tres semanas y medias desde ese día. Y durante todo ese tiempo, cumplió su juramento en el cual dijo que se borraría de mi vida. No me ha dirigido literalmente ni una sola mirada. Ni siquiera me ha dicho una palabra.

Me odio a mí misma por herir a JJ y lograr que él haga esto. Me siento una total idiota. No puedo verlo sin recordar lo que pasó en aquella habitación de la cabaña. No puedo verlo sin desear inevitablemente que él vuelva a hacerlo, y muchísimas cosas más. Me siento avergonzada de saber que él me oyó y me vio tan... no lo sé, vulnerable.

Oh, aún recuerdo como Heather y Ludovica gritaron al enterarse de lo que pasó en la cabaña. Sus padres debieron levantarse y ordenarles que se callen. Absolutamente todo el vecindario se enteró de sus gritos de fan locas.

—Cielo, aquí estás. —alguien toma mi mano.

—Aless. —sonreí, y continué mirando mi camino.

Nos sentamos en una mesa en la cafetería, y me detuve a ver a Aless utilizar su teléfono. Tecleaba algo en la pantalla, y sonrió a la vez que el sonido de un mensaje aparecía.

—Es mi padre, no puede esperar para que conozcas a Ximena. —me muestra un mensaje. 

Conocí al papá de Aless hace una semana. Es un señor realmente agradable y gracioso. Fue divertido cenar con él, y no paré de reír en ningún momento cuando me contó lo desastrosa que fue su primera cita con la mujer con la que está saliendo hace unos meses; Ximena.

La puerta de la cafetería le dio paso a la pareja menos preferida por JJ. Nada más ni nada menos que su hermana, Emily y su amigo Hayden. Sí. Ya eran una pareja, desde hace un par de días, y aún recuerdo como Emily planeó muchas cosas para que su hermano no asesinara a Hayden.

Ella caminó directamente hacia la mesa en la que Aless, Piper y yo estábamos. Se sentó junto a su novio, y comenzaron a comer unos snacks. Piper hizo una mueca de asco al ver como Hayden besaba los labios de su amiga para quitar algunas migas de patatas fritas.

—El partido de mañana será genial. Sólo espero que no hayan juegos sucios. —Aless rompe el silencio.

—Sí..., lo mismo espero. —fingí una sonrisa.

He tratado de ocultar lo mucho que extraño las estupideces de JJ. No puedo creer que mi vida haya cambiando tanto todo este tiempo que él no me habla.

Dejaron de pasar cosas interesantes en mi vida, no hubieron más risas o travesuras, y por supuesto nada de fiestas que terminaran mal. De hecho, no fui a ninguna fiesta desde nuestra pelea.

Dirigí mi vista a la mesa en la que él se encontraba. Shelby no paraba de soltar carcajadas al oír las cosas que una chica decía a su lado. Jordan solo se dedicaba a darle vueltas a su batido, estaba serio y en silencio. 

Tenemos Un Trato. [Completada]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora