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- deberíamos quedarnos aquí - observo el lugar y sonrio - si, aquí sera -

Dei y yo llevábamos demasiadas horas caminando y ya comenzaba a anochecer, por suerte habíamos llegado a un pequeño pueblo cerca del puesto en donde debíamos entregar los cuerpos para que nos entregaran el dinero, los cuerpos estaban ocultos en pergaminos que Sasori nos había dado antes de venir a la misión así no tendríamos que cargar con ellos a todo peligro de espionaje.
Entramos en el hotel y nos acercamos hacia en mostrador, una linda chica de cabello anaranjado se encontraba allí. Cuando nos acercamos su mirada fue directamente hacia Deidara y le sonrió amplia y seductora mente, mi vista viajo hacia el rubio quien también le sonreí un poco de manera amable. Por alguna razón no me causaba celos o molestia, creo que a cualquier chica le sería normal enojarse porque prácticamente una desconocida le esta coqueteando en la cara a tu pareja. Pero eso aclaraba todo, Deidara no era nada mío y eso no me preocupaba, solo me encantaba esa rubia explosiva pero no me daban celos tales cosas.

- una habitación por favor - dijo sonriente

- claro señor - la chica se sonrojó - ¿habitaciones separadas? - me observo.

Su mirada me inspeccionó por completo y eso me hizo enfadar.

- no solo una - abrace a Deidara - si la cama es grande mejor - sonreí con burla y besé la mejilla del rubio.

El se sentía realmente tenso, la chica abrió sus ojos con sorpresa y algo dolida por el hecho de que el rubio venía acompañado. No estaba celosa en lo absoluto, repito, solo sabía que eso le dolería porque obviamente le interesaba Dei.
Ella nos entregó una llave sin más decir y ambos subimos al segundo piso en busca de la habitación número veinticinco, cuando entramos  rápidamente me quité la capa y Deidara copió mi acción, saqué algo de ropa y me aproximé al baño. El rubio se veía algo nervioso.

- _____ iré por algo de comida al puesto de enfrente - sonrio

Entrecerre mis ojos y lo inspeccione con la mirada poniéndolo más nervioso, el idiota algo tramaba y por eso estaba de esa forma. Sonrei falsamente.

- esta bien Dei no tardes, yo me daré un baño - el asintio y me adentre al baño.

Luego de unos segundos oi la puerta cerrarse, salí del baño y me conduje hacia la ventana para ver a Deidara salir del hotel. Sonrei cuando lo vi salir acompañado de la peli naranja de hace unos minutos, ambos sonreían y caminaron hacia un puesto de dangos, ella se veía realmente satisfecha con la presencia de Deidara y el no se veía nada incómodo. Maldita rubia explosiva está engañándome. En ves de sentirme herida solo comencé a reír por lo poco prudente que era Dei mintiendo, maldito imbesil me trajo a un hotel para poder hacerlo y esta coqueteando con la recepcionista. En fin no era algo interesante.
Camine hacia el baño nuevamente y me bañe por unos minutos dejando que mi cuerpo se relajara, cuando salí sequé mi cuerpo y me vestí con un short y una blusa negros, peine mi cabello y salí del baño. Al momento en que salí Deidara entró en la habitación sonriente, cuando su mirada se posó en mi dejo de sonreír y se colocó nervioso, iba a hablar pero simplemente decidí no hacerlo.

- que has traído de cenar - me acerque a la cama y el me siguió.

- dangos - alzo la bolsa y ma meneó - traje tus favoritos -

Le arrebate la bolsa y saque los dangos, comence a comerlos tranquilamente y el me siguió observándome de manera cautelosa, estaba extraño por lo de la chica y lo sabía a la perfección. Deidara era alguien realmente hermoso y me decepciona un poco el hecho de que le interesara otra persona cuando intentamos tener algo, las palabras de Obito vinieron a mi cabeza, no te encariñes, realmente no lo había hecho como pensaba.
Deidara seguía observándome y comenzaba a irritarme, comenzó a tocar su cabello y eso era una clara señal de que estaba nervioso.

- ¿Qué quieres decir Dei? - se sobresaltó.

- b..bueno yo - se rasco la nuca.

- te gusta la recepcionista - dije sin más y el pego un salto.

- ¿qué? N..no se de que hablas - se sonrojó.

- no me molesta - comi de mi dango.

El me miró asustado y sonrio nervioso no muy convencido de mis palabras, sonreí de lado para que relajara su cuerpo y eso hizo.

- desde el primer momento acordamos no enamorarnos y eso es lo que hicimos - dije.

- dijiste que me querías - hablo serio.

- y lo hago, pero tal vez mal interprete la forma en que lo hacía - el bajo su cabeza - que hay de ti Dei, lo decías en serio - el asintio.

- si te quiero ______ pero yo -

- no estás seguro - me miro nervioso - tranquilo no hay problema, ni siquiera me molesto que ella se te acercara - sonrei.

- _____ realmente te quiero - se acercó a mi y acarició mi mejilla - no quiero perder tu confianza -

- no lo harás, eres un buen amigo - lo abraze.

Quizás si había mal interpretado toda la situación, sabía que sentía algo por Deidara pero quizás solo era un cariño de amistad o algo que nunca había tenido. Mi cabeza era un caos, de un día para otro Dei ya había dejado de ser algo para mi, y no era más que mi amigo. Reí mentalmente por mis problemas en mi cabeza.

- ahora come idiota - le di un dango - ya quiero dormir -

- gracias en verdad ______ - sonrió - no eres tan dura como te muestras con los demás -

Me tense.

- supongo que solo soy así contigo - me encogí de hombros.

Terminamos de comer y nos acostamos, Deidara me abrazo como de costumbre y nos quedamos plenamente dormidos. Había sido un día realmente extraño, el amor a veces solía ser extraño y los sentimientos igual.

Mi hermano y yo (Sasuke Uchiha y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora