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- bien, deberías apresurarte a hacer lo que el te ordeno - repitió por segunda vez el cuatro ojos.

- no me molestes iré enseguida - molesto tome mi capa y me coloque la capucha.

Salí de aquella siega y oscura guarida y comence a caminar a paso tranquilo por el bosque intentando llegar al pueblo más cercano, quedaba solo a un par de horas. Orochimaru solía ser demasiado molesto a veces, enviándome con libertad a comprar sus estupidas medicinas para sus humanos de laboratorio, ni hablar de Kabuto que solo era un maldito cerebrito más.
Jamás me había caído bien y ahora que debía convivir con el mucho menos.
Mis tres años de entrenamiento habían sido realmente reconfortantes y tediosos, sabia que esa asquerosa serpiente me entrenaba para tomarme como contenedor en algún momento, hasta la fecha estaba totalmente débil y devastado. Tenia mis planes muy guardados en lo profundo de mi mente para evitar cualquier malentendido, no estaba seguro de poder ganarle a Orochimaru ahora, pero cuando intentara tomar mi cuerpo sería el momento perfecto, asesinarlo era parte de mi venganza.

Visualice el pueblo y me adentre cautelosamente, me conduje rápidamente hacia el lugar en donde me darían las cosas de Orochimaru y las recogí, observé el pueblo brevemente y solo comence a caminar hacia la salida un tanto apresurado mirando hacia el suelo, no quería que me reconocieran o que me persiguiera esas fastidiosas mujeres, era en verdad molesto que ellas lo hicieran.
Sumido en mis pensamientos no noté lo rápido que iba, de un momento a otro mi cuerpo se tensó al pasar rozando el hombro de una persona, volteé un poco mi mirada notando cabellos largos por lo que deduje que se trataba de una mujer. Mi pecho comenzó a doler y mi respiración se volvió agitada, seguí mi rumbo tratando de tranquilizarme. Sus lindos ojos se cruzaron por mi mente y mi mundo entero se paralizó, esas sensaciones que solo ella me hacía sentir. Frené de golpe, rápidamente me volteé tratando de encontrarla pero no la vi en ningún lado, sujete mi cabeza con desesperación. Solo había sido mi imaginación o quizás no pero sin dudas no de trataba de ella, yo la había visto con mis propios ojos en aquel maldito ataúd. Su rostro pálido y su expresión nula se cruzó por mi mente atormentandome por haber sido tan débil.

Seguí mi camino lamentandome hasta la guarida, cuando entré solo le arrojé las cosas a Kabuto y me encerré en mi habitación tratando de sacarla de mi mente, mis ojos se llenaron de lágrimas y rápidamente comencé a golpear y destrozar todo lo que estaba a mi alcance. Me dejé caer en el suelo llorando como un maldito niño, la imagen de cuando ese sujeto la atravesó me carcomio, ¿porque no había hecho nada para ayudarla? Era la maldita pregunta que me hacía todos lo días, si no hubiera sido tan imbesil ella estaría a mi lado. Ella era mía y simplemente la perdí.

Unas imaginarias manos acariciaron mi rostro y en mi mente imagine su sonrisa que tanto me llenaba, estaba dispuesto a dejar todo por ella.









______, nunca pude decirte cuánto te amaba, hasta el último momento senti miedo.

Mi hermano y yo (Sasuke Uchiha y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora