Capitulo 18. (Último) Final

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Una vez que el horrible taxista dejo de ladrarle cosas, Louis decidió que lo mejor sería olvidar ese desagradable acontecimiento y concentrarse en lo que de verdad era importante en ese momento. Encontrar a Harry.

Condujo alrededor de la plataforma y le dio al menos 3 vueltas completas tratando de encontrar un lugar donde estacionarse, pero al parecer ese día toda la población mexicana había decidido ir y estorbarle, ya que el lugar estaba prácticamente vomitando autos, no había ni un solo espacio disponible para dejar su Mini Copper.

Ese día era miércoles, no era festivo o estaban de vacaciones, Louis no entendía porque jodidos había tanta gente estorbándole, ¿acaso no tenían trabajos a los cuales asistir o niños que cuidar?, ¿no tenían algo más interesante que hacer?, ¿todo era una especie de conspiración cósmica en su contra para que no encontrara a Harry?, ¿Iba a morir de insolación por llevar tanto tiempo bajo el sol? Louis no sabía la respuesta a ninguna de esas absurdas preguntas, pero lo que si sabía era que si no encontraba un maldito espacio para estacionarse en los próximos 30 segundos, iba a arrancarse el cabello o a patear a alguien (lo que pasara primero), y honestamente, si le dieran a elegir, el escogería la segunda opción.

Avanzo unos metros más y entonces, como si alguna deidad mística lo hubiera escuchado, vio un espacio. Acelero y no le importo no poner las direccionales y girar como idiota, ese lugar tenía prácticamente su nombre y nadie iba a arrebatárselo.

Después de algunas maniobras, cláxones y gritos de personas a las cuales casi atropello, Louis por fin llego al preciado y anhelado lugar. Apago su auto y dejo caer su cabeza sobre el volante, su corazón latía muy rápido y no sabía si era por la anticipación de saber que estaba a punto de encontrar a Harry o por la adrenalina que segrego hace unos segundos por casi atropellar a una señora de 80 años. De todos modos, ¿Qué rayos hacía una persona de esa edad en un lugar como ese? Tal vez cuando su futuro amoroso no estuviera en juego, pensaría en la respuesta a esa pregunta.

Cuando su corazón comenzó a latir a una velocidad normal, soltó un suspiro, se puso sus lentes de sol y bajo del auto.

Si encontrar un lugar para estacionarse había sido difícil, encontrar a Harry entre todas esas personas, iba a ser prácticamente imposible. Nuevamente Louis no entendía de donde mierda salían tantas personas, o bueno técnicamente si sabía de donde salían, pero en ese momento no se refería al punto de vista biológico, si no al demográfico y social. Al castaño usualmente no le molestaban las multitudes de gente, pero cuando estas se interponían entre él y el amor de su vida, Louis quería desaparecerlos.

Camino algunos metros y se fijó en cada una de las personas que se cruzaban con él, niños y niñas, mujeres y hombres, jóvenes y ancianos, e incluso algunos perros, ante eso Louis no pudo evitar fruncir el ceño, ¿Por qué jodidos había perros en una escuela de globos aerostáticos?, esa era una pregunta más que trataría de responder cuando no estuviera a punto de colapsar. Había cientos de personas en ese lugar, pero ninguno de ellos era el edificio de ojos verdes y cabello rizado, con sonrisa perfecta que buscaba.

Siguió caminando por algunos segundos más y se rindió. Como había predicho en un principio, esto iba a ser imposible. No iba a poder encontrar a Harry, o al menos no solo. Suspiro y se quedó pensando unos momentos, si el ojiverde había ido ahí para dar clases, tal vez algunos de los otros guías o asistentes lo conocían.

Una vez que supo que haría, se dirigió a una chica de cabello castaño y sonrisa contagiosa que acababa de darle algunos folletos a una familia. Conforme se acercaba vio que esta portaba un gafete que decía: HOLA SOY SOFÍA, seguido de la palabra, INFORMES. Louis sonrió, estaba seguro que esa chica podría ayudarlo.

My Sweet Little Heart (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora