My Sweet Little Heart (en edición)

Capitulo 15. Parte 2/2 Especial Niam SMUT ¬u¬

NOTA: Capitulo con escenas fuertes y palabras algo subidas de tono. Lee bajo tu responsabilidad.

Disrfuta!!!!

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Esa misma tarde después de una increíble comida, los chicos decidieron ir al departamento de Liam a pasar el resto del día juntos. Y bueno en este momento se encontraban en el sofá del castaño teniendo una acalorada y muy intensa sesión de besos y caricias.

Cuando la sesión estaba en su mejor parte, el rubio se levantó del sofá dejando a un muy desconcertado (y también muy excitado) Liam.- ¿Qué pasa Ni?- pregunto en un susurro el castaño.

-Pasa que este ha sido un día lleno de emociones y estoy muy cansado. Además ya es tarde, creo que lo mejor será que me vaya a mi casa a dormir.- agrego el rubio soltando un gran bostezo

Liam no pudo evitar mirar su reloj. ¡LAS 6 DE LA TARDE! Eso no era tarde ni para un niño de 4 años. Esto tenía que ser una broma

El castaño abrió la boca para intentar protestar, pero nada salió de ella, honestamente tenía el semblante de un hombre derrotado. De pronto las carcajadas de Niall inundaron el ambiente

-Jajajaja, si te vieras la cara Liam...- agrego el rubio aun sin poder parar de reír

Liam en un ágil movimiento tomo al rubio del brazo y le dio un pequeño tirón haciéndolo caer sobre su regazo en el sillón.- Ahora tu chico listo, vas a pagar por asustarme de esa manera.- y dicho esto comenzó a dejar besos y cosquillas por todo el cuerpo del ojiazul.

La risa de Niall inundaba el lugar, y dios, Liam quería detener ese momento para siempre. Escuchar la risa del rubio, era como escuchar su melodia favorita.

Algunos momentos después, las cosquillas se detuvieron y comenzaron a ser sustituidas por caricias y por profundos besos, los cuales expresaban el intenso amor y deseo que sentían el uno por el otro. Dejaron de besarse cuando nuevamente la necesidad de respirar se hizo presente, al abrir los ojos pudieron ver el fuego que había en sus miradas.

Liam fue el primero en romper ese momento, para poder levantarse del sillón y frotarse la cara. El rubio no pudo evitar sentirse decepcionado ante eso y probablemente ese sentimiento se reflejó en su cara, porque de inmediato el castaño lo tomo entre sus brazos.- Ey! Quita esa expresión de tu cara cielo, lo que pasa es que no creo que el sofá de mi sala sea el lugar indicado para dar este paso. ¿Cómo suena mi habitación y tu desnudo en ella?- el castaño no pudo evitar pensar que había ido muy lejos con lo que acababa de decir.- ¿Estoy pidiendo demasiado cierto?

El ojiazul no pudo evitar sonreír ante el adorable gesto de su novio, así que se levantó del sofá para poder abrazarlo.- No, no lo has hecho amor.- dejo un pequeño beso sobre sus labios.- Ahora muéstrame el camino.

El castaño no podía resistirlo más, así que en menos de un parpadeo tomo la boca del rubio y lo beso de una forma salvaje y erótica. Maldición, Niall sabía a vino y a hombre y su boca era cálida y deliciosa, era el maldito cielo. Justo como Liam siempre imagino que sería, e incluso mejor.

Gimiendo Liam se hundió aún más hondo en la boca del rubio, besándolo con todos los deseos que se estaban acumulando en su interior, todo el gemía, mientras se deleitaba con la boca ajena. Liam inclino la cabeza del rubio y ahora con el nuevo ángulo se besaron con la boca abierta, metió la lengua y saboreo al ojiazul con un saqueo duro y exigente, ya no había nada de suavidad en sus movimientos, ahora era simplemente deseo, pasión y lujuria

Un chillido de parte del rubio se convirtió de repente en un gemido gutural que saco aún más el lado salvaje de Liam, acercándolo aún más al borde del éxtasis. El castaño no podía ser suave, a pesar de que lo deseaba, Niall simplemente lo volvía loco. Liam hundió los dedos en el cabello del rubio y en sus mejillas. Morder, raspar y lamer se convirtieron en la única forma en que Liam podía expresar el profundo deseo que sentía por su chico.- Dios Ni, te deseo tanto que creo que voy a explotar. No sé si voy a poder controlarme- dijo el castaño mientras presionaba y empujaba cada centímetro de su cuerpo sobre el rubio.