¿Había escuchado bien?
-Solo quería saber cómo estaba mi empresa- dijo el señor Damián.
-Esta muy bien, no tienes que preocuparte- Emmanuel trataba de sonar tranquilo pero era notable que estaba preocupado.
-Entonces, echaré un vistazo- dijo cruzándose de brazos.
-Mamá, se preocupara por ti y se pondrá como loca, al ver que te escapaste.
-Todavía no eres el dueño de las empresas, Emmanuel- Mi jefe parecía molesto- Yo soy quien tiene la última palabra- Dijo el señor Damián, recalcando cada palabra.
Me encontraba en medio de una pelea familiar pero enterarme que Emmanuel Lazcano todavía no era el dueño de las empresas Lazcano, fue demasiado.
-Tu primo, también puede ser el dueño absoluto de las empresas.
-Bien, Se gastará tu fortuna en menos de seis meses ¿Eso quieres?- Lucía realmente desesperado.
-¿Por qué mejor no entramos?- pregunté, tratando de relajar un poco el ambiente.
Mi jefe asintió.
-Señor Damián, ¿No gustaría tomar una taza de café y ver algunos diseños?- El señor me sonrió- Los diseños deben de estar increíbles, estoy segura de ello.
El asintió.
Al llegar a la empresa, me fui directamente a preparar un café.
-¿No tienes algo más que hacer?- preguntó Alma.
-El señor Damián está en la...
Pude notar como Alma se preocupó y asintió.
-¿Discutieron?- preguntó.
Asentí.
-Porque no traes un par de diseños, tal vez eso lo haga feliz- Dije sin pensarlo.
-¿Tú crees?- preguntó.
-Realmente, no lo sé- Admití.
Ella asintió.
-Me parece una buena idea, iré por algunos de mis diseños y tú llévale el café- Ella se dió la vuelta y sin más sé fue.
Al entrar a la oficina de mi jefe, el ambiente seguía tensó.
-Señor, aquí está su café- dije con una sonrisa.
-Dime, Damián- Asentí.
Alma entró sin tocar la puerta y traía algunos diseños.
Emmanuel se encontraba en su silla y su mirada se encontraba perdida en algún punto de esta oficina, aun que no lo admitiera, me identifique.
-Oh, miren aquí está mi persona favorita- saludó Alma y abrazó al señor Damián.
Cuando se separaron.
El señor Damián tomó su café.
-Vaya está delicioso- admitió.
-Génesis, es muy buena preparando café- Dijo mi jefe.
Jamás pensé escuchar de Emmanuel Lazcano cumplidos hacia mi.
-Gracias- le sonreí.
Emmanuel solo asintió.
La mirada curiosa del señor Damián se hizo notar, al ver como su nieto me había dado un cumplido.
-Mira aquí están algunos diseños- le mostró Alma sus bocetos.
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Cambiando mi destino
RomanceCreemos que podemos planear todo pero el destino es quien hace de las suyas y nos lleva a donde nunca pensamos llegar. De hecho, a veces la vida te hunde en un pozo y luego te eleva hasta las nubes. Pero eso me hizo ser quien soy ahora. Debemos cree...