A veces realmente me desconocía, salía esa parte de mi que de cierta manera odiaba pero...
Siendo sincera esa tal Idalia, se notaba a kilómetros interés por mi novio y de cierta manera me recordaba un poco a la madre de mi novio y a mi abuela, personas con demasiados prejuicios.
-¿Te encuentras bien?- preguntó mi novio.
Asentí.
-Estoy bien, un poco nerviosa- Admití.
Debía de prestar mi atención al desfile de esta noche y olvidar cosas insignificantes como lo era el tema de Idalia.
Mi novio soltó una carcajada.
Lo mire sin entender la razón del porqué reía.
-¿Por que te ríes?- pregunté sin filtro, pero a la ves con cierto tono de diversión.
-No deberías de estar nerviosa, se supone que soy yo quien debería de estarlo pero confío en Alma y en ti- aseguró.
No hay palabras suficientes para explicar cuando conoces a alguien que está ahí para apoyarte y que sobre todo confía en ti.
Pero... yo no era del todo sincera.
Tenía muchos temores y uno de ellos era que al contarle toda la verdad, esto cambiaría y yo no quería que cambiara, porque no quiero soltar nunca su mano.
Porque por primera ves pertenecía a un lugar sin importar quien era en eso se había convertido mi querido, ogro robot.
Él era mi lugar, mi hogar y sobre todo mi destino.
-A veces me gustaría saber exactamente en lo que piensas- dijo él.
-Solo pienso en...-Lo mire fijamente a los ojos- No quiero regresar- admití.
-¿Quieres quedarte aquí?- preguntó confundido.
Quería reírme de su expresión.
-Por una parte, me refiero que al regresar de cierta manera van a ver confusiones- admití.
Recordando a mi tía... y no quiero pensar en lo que diría Lucrecia Lazcano, ambas sabían de cierta manera que nuestra relación se basaba en un contrató.
-Nada va a cambiar, deja de pensar en el futuro y concéntrate en estos momentos en lo que has trabajado- dijo mi ogro.
El desfile comenzó, realmente estaba emocionada al ver cada uno de los diferentes diseños, había diferentes estilos y estampados.
Todo cambió cuando vi uno de mis diseños, realmente me sentía como si todo esto fuera un sueño y nada de esto hubiera ocurrido.
-¡No puede ser!- exclamé feliz.
Mire a mi novio, el cual sonreí sin despegar sus ojos de los míos.
Eso me trajo un leve recuerdo, exactamente cuando me dijo que no tenía talento y que renunciara a esto.
Seguí disfrutando del desfile, aun que no podía olvidar ese sentimiento de ver todo el esfuerzo que tenía cada uno de nuestros diseños.
-Debemos irnos- me susurró mi novio.
Asentí.
Al salir del lugar, se encontraban algunos reporteros y fotógrafos, realmente esto era demasiado cansado.
-Lo hicimos- susurré después de dejar atrás a toda la prensa y lo bueno de todo esto es que no nos habíamos topado con la tal Idalia.
Esperaba no verla.
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Cambiando mi destino
RomanceCreemos que podemos planear todo pero el destino es quien hace de las suyas y nos lleva a donde nunca pensamos llegar. De hecho, a veces la vida te hunde en un pozo y luego te eleva hasta las nubes. Pero eso me hizo ser quien soy ahora. Debemos cree...