18

23 5 27
                                    

-Entonces, ¿cuando surgieron sus sentimientos?- preguntó Sherezade.

Emmanuel me miro unos segundos y luego se giró hacia mis amigas.

-Fue amor a primera vista, no creía en eso- dijo con una sonrisa y continuó- jamás había conocido a una mujer como ella, decidida y que fue hasta mi oficina a exigirme que le regresaran su beca.

Realmente era un buen actor.

Edith sonrió.

-Qué lindo- dijo mi amiga.

Sherezade asintió y luego me miro a mí.

-¿Y tú? Porque solamente decías que odiabas al señor Lazcano, simplemente salías esas palabras de tu boca- Señaló mi amiga.

Ahora era mi turno.

-No lo recuerdo- admití- Al trabajar con Emmanuel, pensaba que sería una pesadilla y lo odiaba, pero poco a poco cambio ese sentimiento y se volvió amor.

-Awww- se escuchó de Edith.

-¿Cuáles son tus intenciones con mi amiga?- preguntó Sherezade.

-Son buenas, jamás lastimaría a Génesis- admitió- Quiero a su amiga y por eso le pedí que se casara conmigo- dijo tomando mi mano, sin pedir permiso se la llevo a sus labios y deposito un beso.

-Muy bien- dijo Sherezade- Debo advertírtelo, Génesis no está sola- hizo una pausa- Si la lastimas te las verás con nosotras- le advirtió.

-No la lastimaré, lo juro- dijo Emmanuel.

-No creo en las promesas, prefiero los hechos- señaló Sherezade.

-Creo que deberíamos de comer- propuso Edith, con una radiante sonrisa.

-Deberíamos de comer rápido, no quiero que tú hermano me regañe- dijo Sherezade.

-Tranquila, Iván me ayudará con esas arpias- dijo Edith.

Edith tenía dos hermanastras, Celine y Ana.

Celine es bastante cercana a Edith y a Iván pero Ana era muy cruel.

Pero Edith la ignoraba junto con su madre, Adriana.

Abrí la caja de pizza y empezamos a cenar, me sentía bastante cómoda junto con mis mejores amigas y al lado de la persona que una vez odié.

Además de que estuviera comiendo un pedazo de pizza.

Emmanuel Lazcano cada día me sorprendía más y me mostraba a alguien más real.

La noche transcurrió bastante normal.

-Creo que ya es hora de que me vaya- dijo Emmanuel.

Iba a levantar mi plato cuando la mano de Emmanuel me lo quito.

-Te ayudaré- pidió.

Asentí.

-Gracias- le sonreí.

-Son tan tiernos- dijo Edith.

Una fuerte corriente recorrió mi cuerpo, estaba segura que mis mejillas estaban más rojas de lo normal.

Emmanuel me ayudo a limpiar los platos, tenía una sensación de que nos estábamos involucrando ambos en nuestras respectivas vidas.

Cambiando mi destino  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora