28.

8 1 13
                                    

El amor.

Es un sentimiento algo difícil de describir, al principio es todo tan mágico que parece como si estuviéramos en un sueño, del cual no queremos despertar pero ¿Que pasa cuando despiertas? ¿Seguirá igual de mágico?.

-¿Y bien qué opinas?- preguntó Alma mostrando los bocetos de la nueva colección.

-Me gusta, pero me gustaría que fuera algo diferente- Admití.

Ella me miró confundida y después asintió como si estuviera pensado en algo.

-¿Diferente? explícate- dijo cruzándose de brazos.

Asentí.

Le expliqué la idea que tenía.

-Entonces haz un boceto- me pidió.

Asentí.

-Ahora lo importante ¿Qué te tiene así? Hace un momento parecía... Como si algo te preocupara ¿Todo bien?

-Si todo está bien, solo necesito salir y tomar un poco de aire- Admití.

-Si eso es lo que necesitas, tómatelo- dijo.

Salí y me dirigí al único lugar que podia hacer que me sintiera un poco mejor y no tan deprimida como me sentía en estos momentos.

Entre y me senté en una de las mesas.

-Dios ¿Qué me pasa?- murmuré.

-Eso también me lo preguntó- dijo la voz irreconocible de Tori.

Me gire y efectivamente se encontraba detrás de mi.

Me levanté y le di un fuerte abrazo.

Al separarnos, Tori se sentó en la silla desocupada.

-¿Qué pasó?- preguntó.

-Debiste estudiar psicología en ves de política- dijo mi amiga.

-Mi prometido dice lo mismo- dijo con una sonrisa.

¿Había escuchado bien? ¿Prometido?

-¿Prometido?- pregunté.

Ella me mostró su enorme anillo.

-Vaya, es hermoso- dije con una sonrisa de oreja a oreja.

Ella sonrió y en su mirada solo se reflejaba el amor.

-A veces ni yo me la creo- Admitió.

Tori para mí significaba una cosa y esa era la admiración, ella es una chica que había pasado de todo y klaus era justo lo que ella necesitaba.

-¿Y tú cómo te sientes?- preguntó.

-Me siento rara, no se cómo explicarlo- Admití.

A pesar de que habíamos iniciado una relación, de cierta manera había momentos en los que sentía un poco desinterés de su parte, como si realmente no le importará nuestra relación y eso me ponía mal.

No quería decírselo porque tal ves pensaría que soy una exagerada.

-Dilo, no deberías de callar, porque estás reprimiendo tus sentimientos y eso, amiga mía te traerá un problema.

-Tori, me siento frustrada- Admití, mi amiga me animo a que continuará- Siento como si a él no le interesara nuestra relación, un día es un romántico robot y al siguiente es...un ogro y... Me siento confundida- Solté.

-Debes de decirle como te sientes, son una pareja, y es importante que tú sobre todo tú te sientas cómoda y sobre todo te sientas amada.

Asentí.

........

Al llegar a la oficina, cheque el horario de mi jefe gruñón.

No tenía nada importante agendado y tal vez era la oportunidad perfecta para decirle como me sentía últimamente y buscar juntos una solución.

Sin la ayuda de Tori, tal ves no me hubiera animado hablar con él.

Abrí la puerta de su oficina, no toque como suelo hacerlo y al abrir la puerta me lleve la sorpresa de que mi novio se encontraba  hablando con una chica de cabello pelirrojo, realmente llamaba la atención con lo hermosa que era.

Mi novio me dedico una mirada de molestia, la cuál decidí ignorar.

Mi vista se dedicó a la pelirroja.

-Genesis.

Me gire hacia mi jefe.

-Retirate, estoy ocupado- dijo con un tono bastante frío.

Me sentía de cierta manera traicionada.

Asentí.

-Solo quería saber si necesitaba algo, señor Lazcano pero...no sabia que se encontraba ocupada y creo que debería de disculparme por mi mal comportamiento- dije fríamente.

Me dirigía a la puerta cuando alguien hablo...

-Me traes una botella de agua, tengo mucha sed- dijo.

La mire y asentí.

Por fin salí de la oficina y busque una botella de agua.

Entre de nuevo a la oficina.

-Aqui está su botella de agua- dije.

Se la extendí pero ella me miró con cara de asco.

¿Quien se creía?.

-Ponla ahí- dijo señalando la mesa a su lado.

La coloque justo como lo había pedido el palillo siliconeado.

Luego tomo la botella y me miró mal, como si fuera... Basura?!

-Esta caliente- dijo tirando la botella al suelo.

No la iba a recoger.

Una persona como ella, sin un poco de humildad y se creía la reina del mundo, solamente por su belleza.

Demasiado pretenciosa.

-Recogela- Me ordenó.

Negué con mi cabeza.

-No, es mi hora de salida- mi vista se dirigió al idiota, si ese que no podía hablar- Me voy señor Lazcano- dije.

-Últimamente las secretarias se han vuelto más rebeldes, tal ves ella no sepa cuál es su lugar- Señaló el palillo siliconeado.

Pero antes de irme, no me quedaría callada ante esto.

Porque así soy yo.

Y tenía que ser fiel solo a una persona.

A mí misma y a nadie más.

-se equivoca, las secretarias no se han vuelto más rebeldes, el problema es que la que no sabe cuál es su lugar es otra, compermiso- dije con una sonrisa más falsa que ella misma.

Al salir de la oficina, tome mis cosas y me dirigía hacia la salida.

-Gen- saludo un sonriente Sebastián- ¿Qué tienes? Te ves como si fueras a matar a alguien y eso no es bueno- dijo.

-Tengo un problema- dije.

-¿Y es?...

-El idiota de tu amigo y ese palillo siliconeado que se encuentra en su oficina- solté.

Sebastián soltó una carcajada.

-Asi que ya la conociste...

Asentí.

-Ella quiere ser nuestra nueva inversora...

Mierda.

Estaba en problemas pero no me arrepentía.

🦋🦋🦋🦋🦋

Alguien regreso, después de años pero volví 😂😂

Cambiando mi destino  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora