17

29 5 38
                                    

Emmanuel regresó, trate de fingir que estaba bien y siendo sincera mi cabeza estaba en otro lugar.

Decidí ignorar esas inseguridades y temores, concentrarme en la colección, que era lo que realmente me importaba.

-Me gustaría invitarlos a cenar.

-Estaría muy bien- dijo Emmanuel sonriendo.

-¿Qué opina señorita Génesis?- preguntó Héctor.

-Me parece bien, señor Fuentes- dije.

-Por favor, llámame por mi nombre me hace sentir viejo que me llames por mi apellido- dijo con cierto tono divertido.

Asentí con una sonrisa.

-Bueno, es hora de irnos- Dijo Emmanuel.

-Entonces, te enviaré un mensaje para ponernos de acuerdo- Dijo Héctor con una sonrisa.

Emmanuel asintió se dieron un apretón de manos.

-Fue un gusto, conocer a su prometida- asentí un poco incómoda.

Necesitaba salir de ahí.

Despejar mi mente y no pensar demasiado, solo rogaba a Dios que todo saliera bien.

-¿Te sientes bien?- preguntó Emmanuel.

-No, necesito descansar- Admití,

-Te llevaré a tu casa, debes de descansar- Emmanuel lucia preocupado.

Asentí.

Durante el trayecto hacia mi casa, mi mente seguía desconectada del mundo.

Cerré mis ojos por unos minutos, hasta que caí profundamente dormida.

-Génesis, ya estamos en tu casa- hablo la voz de Emmanuel.

Abrí mis ojos y él se encontraba muy cerca de mi, podía escuchar perfectamente su respiración.

Esa sensación seguía ahí, no comprendía la razón del porqué no podía apartar mi mirada de sus ojos y siendo sincera no quería que él se apartara, quería seguir mirándolo.

-Creo que es hora...- dije un poco nerviosa.

El asintió.

Abrí la puerta y me baje lo más rápido posible.

-Gracias por traerme- dije con una sonrisa.

-No, gracias a ti por ayudarme- antes de que cerrara la puerta.

-Génesis- Escuche la voz de Edith.

Oh, mierda.

-Edith- Mi amiga estaba agitada como si hubiera corrido un maratón.

Emmanuel me miraba curioso y sabía que Edith tendría la misma curiosidad.

-Emmanuel, ella es Edith una de mis mejores amigas- El asintió y se bajó del auto.

-Emmanuel Lazcano, soy el prometido de Génesis- dijo.

Edith me miro y yo asentí.

-Entonces, ¿Debo de llamarte cuñado?- preguntó curiosa.

-Edith- la regañe.

Emmanuel se rió.

-Le enviaré un mensaje a Sherezade porque tenemos que interrogarlos, a los dos- Dijo Edith señalándonos.

-Edith, no creo que Emmanuel tenga tiempo- Señalé.

-Claro que tengo tiempo, además son tus amigas- Dijo Emmanuel.

Cambiando mi destino  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora