Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
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" BIENVENIDOS A LA CIUDAD DEPORTIVA DEL REAL MADRID".
El cartel lo decía bien claro. Después de haber tardado mas de media hora en cruzar toda la ciudad, por fin estaba allí. Y se encontraba muy tranquila, aunque no lo pareciera. Hoy tenia una cita importante. Iba a ver a su padre.
Era un caluroso día de Septiembre. Pronto empezaría el Otoño y las hojas de los árboles irían cayéndose poco a poco, para dar paso al frío.
Había llegado en bicicleta hasta donde su padre trabajaba. Cruzar Madrid a esas horas de la mañana era bastante "peligroso", a no ser que una se armara de paciencia o de un buen medio de transporte, como podía ser una bicicleta
La cita era a las 12 y media y a él le gustaba la puntualidad. Y también la responsabilidad, algo de lo que a juicio de su padre, a Claudia le faltaba. A pesar de tener 18 años recién cumplidos, para él seguía siendo una niña. Así que, a las 12 y veinte minutos, llegó con su bicicleta al aparcamiento para empleados de la Ciudad Deportiva del Real Madrid.
Su padre era Martín Sandoval Sanz, el vicepresidente del club de Fútbol más importante de España y del mundo entero. El Real Madrid. Llevaba en el cargo cuatro años y era la mano derecha de Florentino Pérez, a la sazón presidente de tan laureado club.
Claudia conocía la ciudad deportiva como la palma de su mano, no en vano, era su segunda casa. Casi se podía decir que se había criado allí, e incluso dos de sus tres hermanos jugaban en las categorías inferiores de dicho club. El mayor, Mateo, jugaba al baloncesto, como no, también en el Real Madrid.
A la entrada del aparcamiento, había una pequeña caseta de seguridad. Se acercó hasta allí y le dijo al empleado que quería ver a Martín Sandoval. El guardia de seguridad, la miró de arriba abajo durante un breve instante.
- ¿Tienes cita con él? -le pregunto a modo de saludo.
- Si, a las 12 y media - respondió Claudia sin titubear.
- ¿Nombre?
- Claudia Sandoval.
El guardia busco en la lista que tenia encima de la mesa, y después de pasar varias hojas, al parecer localizó su nombre.
- Un momento, voy a avisar que ya está usted aquí
El guardia se dio la vuelta y descolgó el teléfono que había encima de su escritorio. Pulsó tres dígitos, y mientras esperaba contestación, se dio la vuelta, para mirarla de nuevo.
Claudia se giró y miró hacia el aparcamiento. Estaba lleno de automóviles, al cual más moderno, y lujoso. Con el dinero que había allí en coches, ella podría comprarse un ático en pleno centro de la Castellana. Hoy debía de haber entrenamiento de la primera plantilla, pues estos jugadores eran los únicos que tenían coches tan caros y tan variados.
- El Señor Sandoval tardara un poco en atenderla -le dijo el guardia llamándole la atención- pero dice que pase y lo espere en la cafetería.
