Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
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Claudia y los demás ya estaba en el estadio San Paolo del Napolés. El partido iba a empezar en 20 minutos y había mucho ambiente. Si España ganaba, tendrían que irse a Roma a jugar la final, que era lo que todos esperaban. Gilberto, Igor y ella habían comido en un restaurante cercano al estadio. Los amigos de Marco llegarían para el partido y por fin los conocería. Tenía muchas ganas de verlos, sobre todo porque Marco se llevaba muy bien con ellos y eran amigos desde pequeños.
Por primera vez, ella pudo experimentar lo que era que te persiguieran los paparazzi, porque en cuanto se enteraron de que estaba en Italia para ver a Marco, intentaron entrevistarla sin éxito. Igor fue el que habló con ellos muy educadamente, recordándoles que estaba embarazada y que tenían que respetarla por el bien de ambos. Desde entonces, aunque no se habían alejado mucho, no eran tan insistentes. Todo esto era nuevo para ella y la verdad es que no le gustaba para nada. No quería llamar la atención.
No se había separado de Isa en todo el día. Sobre todo porque su amiga estaba en medio de los padres de Álvaro, los cuales habían acudido al partido con sus respectivas parejas y a veces no estaban siendo muy amables, que dijéramos. Claudia se había cambiado en el hotel y ahora llevaba un pantalón corto y la camiseta de España de Marco. Les habían puesto en un sitio tranquilo donde se veía muy bien el partido. Además, la organización estaba siendo muy amable con Claudia y estaban pendientes en todo momento de que ella estuviera bien.
- Estoy nerviosa - le dijo a Isa abrazándola
- Yo también lo estoy, y eso que Álvaro no es titular -dijo Isa mirándolo todo con ojos muy abiertos
- Tranquila, seguro que juega en la segunda parte. ¡Vaya ambientazo hay aquí!
- Tía, es verdad. ¡Esto es precioso! Anda venga, vamos a hacernos fotos. Voy a decirle a Sara que venga
Las tres amigas se hicieron unas cuantas fotos que subieron con rapidez a sus redes sociales. Cada vez quedaba menos para el partido y cada vez, estaban todos más nerviosos.
Minutos después, todo el estadio empezó a aplaudir, y los sonidos y voces se intensificaron. Los jugadores de ambos equipos salieron al terreno de juego. Todos esperaban que España ganara y que pasara a la final.
Claudua solo tenía ojos para Marco. Lo veía muy serio y concentrado. No dejaba de pensar en lo de la pulsera. Era algo que no sé esperaba y que la había emocionado mucho. A pesar de todo lo que había pasado entre ellos, nunca habían dejado de quererse, nunca. Y Claudia creía en el destino. Marco era ese destino.
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