Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
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⚽ DOMINGO ⚽
¡Vaya día llevamos! Apenas he dormido un par de horas desde ayer. Y estoy reventado. Desde que llegamos a Madrid, no hemos parado. Visitas a la Comunidad, a la Catedral de la Almudena... Y lo que nos queda. Lo más bonito de todo es ver a la gente en la calle celebrando con nosotros.
Anoche nos acostamos tarde. Yo fui de los primeros en irme de la discoteca. Seré idiota, pero si no está Claudia no me apetecen hacer cierto tipo de cosas, y una de ellas es salir de marcha. Sobre todo, porque había algunas tías que intentaban acercarse a mi con no muy buenas intenciones. Pero ahí estaba Marcos parándole los pies a más de una. Claudia tenía razón, es un buen amigo. Me lo ha demostrado en estos días.
En lo único en lo que pienso es en ver a mi niña. Estoy deseando estrecharla en mis brazos. El autobús acaba de llegar al hotel. Nos vamos bajando todos y nos llevan hasta un enorme salón donde nos esperan nuestras familias. Muchos vienen directamente de Kiev. Vamos a comer aquí y luego a descansar un rato en las habitaciones. Luego toca el Ayuntamiento y el Bernabeú.
Veo a mi padre y a Igor. Que contentos estaban los dos ayer. Mi padre estaba feliz y muy orgulloso de mi. Empiezo a buscarla y allí está. Se me para el corazón cuando la veo. La mujer más bonita del mundo. Mi sueño hecho realidad. La mujer de mi vida. Ayer le dije todas esas cosas que tenía guardadas desde hacía tiempo. Estaba emocionado y necesitaba soltarlas.
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Parece que me intuye, porque de pronto se da la vuelta y cuando me ve, me sonríe. Empieza a andar hacia a mi, y se me seca la boca. Está tan preciosa. Es que es de guapa. Yo ando también los pocos pasos que nos separan, y cuando llega a mi se arroja a mis brazos. Yo la abrazo muy fuerte. La he echado tanto de menos que ahora no quiero separarme de ella en mucho rato. Le acarició el pelo y la beso muy suavemente. Ella me responde ávida de mi. Nos separamos cuando escuchamos a algunos de estos petardos gritarnos.
- Eh -grita Marcos- ¡iros a un hotel! Ah no, que ya estais en uno...
- ¡Pues que se consigan una habitación! -le contestó Isco
- ¡Cuidado Marco a ver si la vas a preñar! - gritó Reguilon. Tan joven y tan petardo
