Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
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Claudia está duchándose. Tiene cara de cansada. Han sido muchas horas de viaje y encima embarazada. Lo pienso y tengo que sujetarme a la encimera. Voy a ser padre. Voy a tener un hijo con ella. Una locura.
Cuando me lo ha dicho, al principio me he quedado en shock, pero después no sabía si llorar o reír de la alegría. Es para estar contento. Lleva a mi hijo en su vientre. Estoy muy nervioso sólo de pensarlo. El corazón no ha dejado de latirme deprisa desde que Claudia apareció en mi puerta. Ella, tan guapa y tan perfecta, embarazada de mi bebé.
No quiero echar la vista atrás y pensar en las malas decisiones que he tomado con respecto a ella, porque al final, está aquí conmigo. Y ella no lo sabe, pero está vez no la pienso dejar escapar. Va a quedarse aquí conmigo. Voy a luchar por ella, por nuestro bebe. Y no me importa esperar todo el tiempo del mundo hasta que ella este preparada, pero estando a mi lado.
Le he calentado un vaso de caldo de verduras y le he hecho una tortilla de calabacin . He tenido que leer en Internet porque hay ciertos alimentos que las embarazadas no pueden comer. Se lo preparo todo y lo llevo a la mesa del comedor esperando que venga.
Oigo unos pasos en el pasillo y me giro. La boca se me seca al verla. Lleva unos leggings oscuros y una sudadera blanca. En los pies, las zapatillas que le regalé la última vez que nos vimos. ¿Como es posible que esté tan guapa? ¿Como después de tanto tiempo me tenga excitado sólo con mirarme?
- ¿Te pasa algo? - me pregunta extrañada
- No, pensaba en todo. En qué todo esto es una locura. Una locura muy bonita
- Lo sé, es.. bueno, si no pasa nada, va a ser un gran cambio
- Eh, todo va a salir bien...
Me acerco a ella y la abrazo. Lo necesito, necesito sentirla. Ella me abraza también. Sus brazos rodeando mi cintura es la mejor sensación que he sentido en mi vida. Dios, aún la amo. ¡Que coño! Nunca dejé de amarla.
Se nota que está tan cansada por como respira. Quiero que coma algo y se acueste. Que me deje cuidarla. Me separo y la llevo de la mano a la mesa. La hago sentarse y yo lo hago a su lado.
- ¿Tú has hecho esto? - me pregunta señalando la comida
- Si, sino te gusta te hago otra cosa
- No, ¡que va!
Empieza a comerse la tortilla y cuando la prueba me mira. Bebe un sorbo de caldo y vuelve a, mirarme
- Oye Marco, esto está muy bueno
- Gracias. Me alegro de que te guste.
- ¿Y desde cuando cocinas? - me pregunta mientras se lleva otro trozo de tortilla a la boca. Joder, me tiene revolucionado viéndola comer. Tiene los labios más jugosos que he besado en mi vida.
- Desde hace un par de meses. Álvaro perdió una apuesta con Isa y tenía que apuntarse a clases de cocina y como no quería ir solo pues me apunté con él...
