Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Claudia ya estaba de casi 13 semanas. En la visita ginecológica le dijeron que todo iba estupendamente. Que el bebe estaba en el peso y las medidas correctas y que ella había cogido sólo 4 kilos, perfecto. En la ecografía pudieron ver a su hijo un poquito más grande y como se movia. No paraba quieto. Era un bebe sano. Las pruebas genéticas que les hicieron así lo corroboraban.
El embarazo iba bien. Ellos estaban bien.
La ginecóloga le dijo a Claudia que hiciera vida normal, en la medida de lo posible y que siguiera cuidándose, vigilando sobre todo la alimentación. Y le dijo que ya podían tener relaciones sexuales, es más que se las recomendaba. Algo que puso a Claudia como un tomate y a Marco riéndose. La próxima cita la tendrían en 1 mes y les dirían el sexo del bebe.
Hoy venía la familia de Marco a visitarles. Claudia estaba nerviosa por conocer a su padre y a su hermano. No podía evitar sentir que la primera vez que la vieran era porque estaba embarazada y no porque ella y su hijo estuvieran juntos. Pero tenía muchas ganas de conocerlos. Marco estaba muy unido a su familia, y desde la muerte de su madre, más todavía.
Se íban a quedar todo el fin de semana para poder estar más tiempo juntos y así irían también a ver a Marco jugar. El domingo tocaba el Valencia. Íban primeros. Si no pasaba nada, a primeros de mayo podrían ser campeones de liga. Y en la champion también íban muy bien. Ya estaban en cuartos. El ritmo de partidos iba a ser frenético a partir de ahora. Partidos entre semana y los fines de semana también. Casi ni se verían, pero por lo menos, ella estaba en casa cuando llegaba.
Siempre lo esperaba en su cama. Por la mañana amanecían abrazados en la mayoría de las ocasiones, y Claudia estaba cada vez peor, lo deseaba a todas horas, y ahora que le habían dado "permiso", íba a ser peor.
Ella se imaginaba que él la empotraba contra la pared y deseaba que se hiciera realidad. Y encima el puñetero no perdía la ocasión de rozarla y de tocarla cada vez que podía, aunque fuera para pasarle la sal o ayudarla con cualquier cosa. Era una dulce tortura.
Tocaron al timbre y Claudia despertó de sus pensamientos. La familia de Marco ya estaba aquí.
- No estés nerviosa Claudia, todo va a salir bien. Le vas a encantar a mi padre - le dijo Marco mientras se levantaba para ir a abrir la puerta
Ella inspiró con fuerza y se retorció las manos muy nerviosa. El primero en entrar fue su padre, el cual le dio un gran abrazo a Marco y pasó al comedor. Se quedó mirando a Claudia mientras ella se acercaba tímidamente a él sin saber que hacer.
- Hola -le dijo ella- Soy Claudia
- Hola, yo soy Gilberto, el padre de Marco
- Encantada -Claudia lo miró y su padre hizo algo que ella no se esperaba, le dio un fuerte y cariñoso abrazo. Ella le correspondió permaneciendo unos buenos segundos abrazada a él. Necesitaba tanto este abrazo. Este hombre era amor puro. No pudo evitar que algunas lágrimas se le derramaran.
