Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Claudia estaba asombrada. Todo era precioso. Las luces, las pequeñas mesas con sus sencillas sillas, la pista de baile improvisada, el catering... La celebración de la boda se hacía en el enorme patio de la casa de Rafa Nadal. Era una masía de estilo rústico y había quedado preciosa con la decoración. Le había dado las gracias mil veces por haber hecho su sueño realidad. Era la boda que había soñado, con el hombre que quería y con su familia y amigos. El menú había sido sencillo. Se componía de todas aquellas cosas que les gustaban a los dos. Desde macarrones picantes hasta comida India. Sin olvidar el jamón serrano.
Los amigos de Marco se habían encargado de la música. Habían elegido canciones bailables de todo tipo de épocas, para que todos estuvieran en la pista de baile improvisada. Y la verdad es que todo el mundo se lo estaba pasando muy bien, estaban disfrutando que era de lo que se trataba. Se hicieron un montón de fotos para tener un recuerdo inolvidable de este maravilloso día.
Marco miró a Claudia, la cual estaba hablando con Isa y con Álvaro. No paraba de sonreír. Se acercó a ella abrazándola por la cintura y ella se giró para besarlo. Sus primeros besos como marido y mujer.
- Hola esposa -le dijo Marco mirándola a los ojos y abrazándola muy fuerte
- Hola esposo -le contestó ella apoyando su cabeza en su hombro
- ¿Cómo te encuentras? -Marco bajó las manos hasta acariciar su vientre y las mantuvo allí mientras seguía abrazándola
- Bien, muy bien
- ¿Te ha gustado todo?
- Si, mi amor. Me encanta, de verdad...este sitio es precioso, Igor se merece tres mil besos y lo de Rafa ha sido un detallazo
- Si, es muy buena gente, la verdad es que no sé cómo agradecérselo. Tengo que pensar en algo...oye, ¿y mi tarta? -Marco frunció sus labios y le suplicó con la mirada
- Anda, venga, que sé que estas deseando verla. Voy a decirle a los chicos que la traigan
- Pues rapidito, que en cuanto nos la comamos, un ratico más y nos vamos
- ¿Nos vamos? -le preguntó ella algo desconcertada
- Pues claro, ¿creías que no íbamos a tener noche de bodas peque?
- ¿Otra sorpresa Asensio? -le preguntó ella con una sonrisa pícara en la boca- ¿qué he hecho yo para merecerte?
- Pues mira, te puedo hacer una lista inmensa, aunque está al mismo nivel lo mucho que me quieres y que me vas a dar una hija, pero, la noche de bodas es regalo de mi padre
- ¡Que suerte tenemos con la familia Marco! ¿Sabes que Álvaro me ha regalado el vestido?
- Oh, vaya, no lo sabía, es un regalo precioso. Si es que te lo mereces todo
- Anda, que voy a por la tarta -le dijo ella mientras se acercaba a besarlo. Un suave roce de labios. Una promesa de lo que vendría después
- Peque -le susurró Marco en el oído- estoy deseando quitarte ese vestido
