Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
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Había sido una semana muy dura. Entre lo de sus padres, mudarse a casa de Marco, las clases, y el estar completamente sola en una casa que no era la suya. La primera noche que durmió en la cama de su novio, lloró. Nunca había estado sola en esa habitación y fue duro asumir que sus padres no se habían preocupado por ella.
No le había costado adaptarse a la casa de Marco. Tenía un armario para ella sola en uno de los dormitorios de invitados, y él le había dicho que dispusiera de su casa como quisiera. Había cogido ese dormitorio y lo había convertido en un cuarto de estudio. Y eso era lo que había hecho estos días. Tenía que admitir que la soledad le había ido muy bien para estudiar, porque esta semana había sacado muy buenas notas en todos los exámenes o trabajos que tenía.
Le gustaba esa casa. Era acogedora, y poco a poco empezó a sentirla como si fuera suya. Lo que no sabía era como sería la convivencia con Marco. A ver, que el estar las 24 horas juntos íba a estar muy bien, pero no sabía si al final el estar tanto tiempo le pasaría factura a su relación. Ya lo descubriría mañana cuando volviera.
Se sentó en el sofá y puso la televisión. A las 8.30 España jugaba contra Turquia un amistoso de preparación para el mundial. Jugaban en Valencia. Marco era titular, se lo había ganado en el partido contra Francia. El único gol que marcó España lo había hecho él. En un partido desastroso, brilló con luz propia los 20 minutos finales del partido. Por fin había debutado con la selección española. Su sueño desde niño. Por lo menos esta vez el seleccionador había sido listo y lo había puesto.
Y su niño no defraudo a nadie. Cuando estaba a punto de terminar la primera parte, un tiro de Marco que todos creían que sería un pase a un compañero, cruzó la portería batiendo al portero. Claudia se levantó del sofá chillando muy contenta. ¡Que bien jugaba su niño! Las cámaras enfocaron a Marco mientras señalaba al cielo dedicando su gol a su madre para después besarse la mano y llevársela al corazón como hacia últimamente. Claudia se puso muy contenta. Se lo merecía tanto.
En el descanso se hizo un bocadillo y se sentó en el sofá a terminar de ver el partido. España ganó al final 3-0, y ella decidió irse a la cama. Se lavó los dientes y fue a ponerse el pijama, que consistía en una camiseta de Marco que le quedaba por la mitad del muslo. Estaba a punto de meterse en la cama cuando su teléfono sono. En la pantalla del móvil apareció el nombre de su novio.
- Hola mi niño
- Hola preciosa, ¿Cómo estas?
- Bien, iba a acostarme ya. ¡Enhorabuena! Eres el mejor, ¿sabes?
- Muchas gracias peque, estoy muy contento. Todos aquí me han felicitado
