Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
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Marco se iba esa mañana a Kiev para jugar la final de la Champions que se celebraría el sábado. Para Claudia iban a ser cuatro días muy largos. Ya estaba embarazada de 24 semanas y el cansancio se iba acumulando en su cuerpo. Estaban en Valdebebas porque en un rato los jugadores se irían en autobús al aeropuerto. Claudia estaba abrazada a Marco, sentada encima de él, en un sofá de la sala de descanso de los jugadores. Él le acariciaba el pelo muy lentamente mientras elle tenía su cabeza en su pecho.
- ¡Jo! - dijo ella con cara apenada- ¡cómo me gustaría ir contigo!
- Ay peque, ya lo hemos hablado. Mi amor, Kiev está muy lejos, son casi 5 horas de viaje
- Lo sé... pero no pude estar contigo cuando ganasteis la liga en Sevilla y ahora tampoco voy -ella apretó sus labios reprimiendo un sollozo, porque sí, tenía ganas de llorar
- Peque, ya sabes que me encantaría que vinieras, pero es un viaje muy largo y pesado, y estoy más tranquilo si te quedas aquí. Kiev va a ser un caos estos días
- Ya... pero os vais todos y me dejáis sola -siguió diciendo ella haciendo pucheros
- Claudia, cariño, si vas a estar ocupada con la Fundación y además, tu hermano Paco se queda contigo. No me pongas morritos Claudia, que me voy triste
- Ay, no mi amor
Claudia se acercó a él y lo besó lentamente. Su boca lo buscó en un largo beso que ninguno de los dos quería acabar.
- Lo siento cariño - le dijo ella. No quería que se fuera preocupado porque tenía que estar concentrado para la final- te prometo que estaré bien, de verdad.
- ¿Segura?
- Siiii... tenía que intentarlo a ver si cambiabas de idea
- Te voy a echar mucho de menos, a las dos - le dijo mientras le acariciaba la barriga
- Escucha - le dijo Claudia mientras le susurraba en el oído- si ganas la Champions, cuando vengas te dejo que me hagas lo que quieras
- ¿Lo que quiera? -le preguntó él levantando una ceja y sonriendo pícaramente. Claudia asintió mientras se mordía el labio. Marco volvió a besarla otra vez sin importarle que la sala estuviera llena.
- Tío, parecéis 2 adolescentes metiéndoos mano - le dijo Isco acercándose a ellos
- Envidioso - le contestó Claudia sacándole la lengua
- Ya y tú petarda. Venga tío que tenemos que irnos
Marco ayudó a Claudia a levantarse. Se abrazaron y se dirigieron con el resto de las familias y de los jugadores al parking donde estaba el autobús. El corazón de ella iba sobrecogido. Lo iba a echar tanto de menos. A excepción de cuando Marco se iba a entrenar o a jugar los partidos, la pareja apenas se separaba. Tenían mucho tiempo que recuperar y no querían perderse ni un minuto de estar uno al lado del otro. Claudia se abrazó a Marco durante un buen rato.
