Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
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⚽ FINALES DE SEPTIEMBRE ⚽
- Bueno gordi. Ahora te tomas el biberon y a dormir otro ratito
Maria abre su boca protestando y hace un pequeño puchero que a mi me parece adorable.
- Ah, no, enana. Tienes que dormir. Que anoche tu madre no pegó ojo y la pobre está descansando. Necesitamos dormir ¿sabes?
Mi pequeña hija me mira con los ojos muy abiertos emitiendo un gorgojeo que me hace sonreír. Le lleno la cara de besos y ella se ríe de nuevo. No nos deja dormir, pero es la niña más simpática del mundo.
La voy meciendo poco a poco hasta que se queda dormida. Debería echarla en su carro, pero me encanta la sensación de tenerla en mis brazos. Es una sensación muy difícil de explicar lo de ser padre. Es querer que ella esté bien por encima de todas las cosas, hasta de mí.
Media hora después, Claudia entra en el comedor aún medio adormilada. Se sienta a mi lado dándome un beso en los labios antes de sentarse.
- ¿Has descansado peque?
- Siii...tenía mucho sueño cariño. Muchas gracias por quedarte con ella
- De nada, mi amor.
- Está frita - Claudia mira emocionada a nuestra hija y acaricia sus mejillas con mucha suavidad
- Si que lo está. Me da miedo echarla en la cuna por si se despierta...
- Es posible. Mejor déjala ahí por si acaso
- ¿Cómo estás? -miro a Claudia y ella me da una pequeña sonrisa. Siempre estoy preocupado por ella. Y ahora mi preocupación es doble
- Estoy bien, tranquilo. Todo esto es tan nuevo. Pero creo que nos hemos adaptado bien
- Si, te lo dije, podemos con todo.
- Marco, ¿tú todavía me quieres? -me pregunta Claudia mirándome con los ojos tristones. No entiendo a que viene esa pregunta. Pero cuando la miro y la veo tan preocupada y con esa tristeza, sé que algo no va bien
- Pues claro, ¿a qué viene eso peque? -acaricio su mejilla y ella se muerde el labio inferior con sus ojos ya brillantes. Está intentando no llorar. La conozco, y sé que quiere hacerle
- Ay, pues que me veo que todavía no he recuperado mi peso y me veo fea. Estoy todo el día en chandal o en pijama y siempre estoy con las tetas fuera... -me dice. Se le escapan algunas lágrimas
- Amor mío, mírame. Jamás, jamás, voy a dejar de quererte. No hace ni 2 meses que has dado a luz. Demasiado bien estás. Cogiste 10 kilos en el embarazo y has adelgazado 7 kilos, bastante has hecho
- Ya...pero no sé...es que...
- Shhh...escúchame peque. Eres preciosa. Me tienes loco, pero loco perdido. Estoy deseando hacerte el amor, porque cada vez que te veo con las tetas fuera, como tú dices, me dan ganas de...bueno, ya lo sabes, de hacerte muchas cosas sucias
- ¿En serio? -me pregunta ella mientras sus ojos se iluminan
- Si quieres que te diga la verdad -le digo mientras me acerco a su oído y le susurro- lo que tengo muchas ganas es de follarte
Le doy un beso en el cuello y me separo de ella. Claudia se muerde los labios y me mira. Le ha cambiado la cara. Como voy a dejar de querer a semejante tentación humana. Si estoy deseando que se recupere para demostrarle cuanto la quiero. María empieza a despertarse. Abre su boquita y empieza a lloriquear. Los dos la miramos embobados.
- Pero bueno briboncilla -le dice Claudia mientras le acaricia la barbilla- ¿ya tienes hambre, mi amor?
María abre la boca y sonríe con las caricias de su madre. Claudia se abre los botones del pijama y la ayudo a colocar a la niña en el cojín de lactancia. En cuanto María tiene cerca el pecho de su madre, se engancha a el ansiosa.
- Eh, pequeñita, despacito, mi amor -le dice Claudia ,uy tiernamente. Y yo estoy que me derrito de ver a mis dos niñas juntas
María empieza a mamar hambrienta. El pecho no es sólo para comer, también es su consuelo cuando está malita o cuando necesita a su madre. Que es muy a menudo. Acaricio la frente de mi hija mientras come.
- Oye, peque, ¿y si nos vamos a comer por ahí? Así salimos un rato que siempre estamos aquí metidos.
- Ay si, me parece estupendo. Necesito sentirme persona
- ¡Que tonta eres! Si quieres podemos ir a comer al restaurante que hay cerca de casa de Isa y Álvaro, así nos damos un paseo, y si quieres los llamamos para que vengan
- Me parece perfecto cariño -me dice mientras la beso
- Vale, pues voy a llamarlos a ver si puedes y reservo
Me pongo de pie para ir a por mi móvil. Antes de irme beso a mi hija en su pequeña cabecita y a mi mujer en los labios. Lo que me ha cambiado la vida en 2 años. Quien me iba a decir a mi que esa chica que estaba sentada en las gradas de Valdebebas, y a la que no me podía acercar porque era la hija del vicepresidente, iba a acabar siendo mi mujer y la madre de mi hija.
Y todo por una mirada. Y que mirada dios mío.
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Más tarde
- Ten cuidado gorda, que dicen que todo se pega
Claudia se ríe de su amiga, la cual tiene a María en brazos y le está dando el biberón mirándola ensimismada. Las mejillas de Isa se tiñen de rosa y Álvaro y ella comparten una mirada cómplice con la que se lo dicen todo. Llevan toda la comida algo raros y Álvaro ha estado demasiado pendiente de su novia durante todo el rato
- ¡No me jodas Isa! -le dice mi mujer llevando sus manos a la cara
- Si, estoy embarazada -contesta su amiga pegando un pequeño grito que no es todo lo fuerte que Claudia quisiera por no despertar a mi hija
- Ay, dios, que alegría- Claudia se levanta de su silla y va hacia donde está Isa. Ambas se funden en un fuerte abrazo acompañado de lágrimas por parte de ambas
-Enhorabuena amigo -estrecho la mano de Álvaro y los dos nos abrazamos también. Hemos vivido tanto juntos. Su historia de amor tampoco ha sido fácil, pero, aquí están, a punto de ser padres
Nos cuentan que Isa está embarazada de apenas 2 meses y que junto con sus padres, somos los únicos en saberlo, y que, quieren mantenerlo así hasta que el embarazo esté más avanzado. Los entiendo perfectamente porque hasta hace poco nosotros ya pasamos por eso. Las dos amigas se muestran entusiasmadas y hacen miles de planes pensando en cuando los dos pequeños estén juntos. Pongo mi brazo alrededor de los hombros de mi mujer y le sonrío mientras ella me devuelve la sonrisa.
- Jamás imaginé vernos así Claudia -le confiesa Isa mientras acuna a María en sus brazos
- ¿Con dos tíos buenos? -le pregunta Álvaro mientras le saca la lengua a su novia. Ella rueda sus ojos y sigue hablando con mi mujer
- Creí que jamás volveríamos a ser amigas, Claudia
- Si te digo la verdad -le confiesas mi mujer- yo no tenía ninguna esperanza ni ganas de que tú y yo volviéramos a ser amigas. Y míranos, con dos chicos guapos e increíblemente maravillosos y siendo mamás...mi yo de 17 años está poniendo cara de asco ahora mismo
Atraigo a Claudia hacia mis brazos y ella reposa mi cabeza en su pecho. Dejo escapar un largo suspiro mientras ella entrelaza sus dedos con los míos girando un poco su barbilla para mirarme.
- Mi yo de 18 años, aquella que te vió en las gradas por primera vez -me dice Claudia con su mirada clavada en la mía- estaría muy feliz de saber que al final, he acabado contigo
Rozo sus labios unos segundos y acaricio su mejilla lentamente.
- Era nuestro destino Claudia. Una vez que me miraste, ya no quise dejarte escapar. Tú hiciste que mi vida cambiara, porque mi vida lleva tu nombre peque
