Marco Asensio acaba de fichar por el Real Madrid. Guapo, joven y seguro de si mismo, pero sin suerte en el amor.
Claudia vuelve a Madrid después de pasar un año lejos de casa para retomar su vida de nuevo.
Ella, la chica rebelde. La chica prohibid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aquel domingo por la tarde, Claudia había ido al Bernabeúa ver jugar a Marco. Era absurdo esconderse de esa manera de sus padres. Quería ver jugar a su novio. Apoyarlo. Gritar si marcaba un gol y consolarlo si perdía. Él ahora mismo, era lo más importante.
Por lo menos no iría sola. Su hermano Paco la había recogido a ella y a Isa para ir juntos al estadio. Junto a su hermano se sentía más segura y creía que si se encontraba a su padre, que sería lo más lógico, podía enfrentarse a él sin ningún miedo.
El Real Madrid jugaba contra el Cádiz. Si ganaba este partido se pondría primero en la tabla de clasificación, pues el líder había perdido la tarde anterior su partido, y esta era la oportunidad de oro para que los madridistas se pusieran primeros. El estadio registraba el primer lleno de la temporada y todos deseaban que se produjera la victoria que los llevara hacia el primer puesto de la liga.
La zona vip del Bernabeú estaba también abarrotada. Políticos, gente del fútbol y de la noche madrileña, famosillos televisivos y la junta directiva en pleno.
A la primera persona que vio cuando llegó Claudia fue a su madre. Se quedaron mirándose durante unos segundos hasta que Claudia fue y la abrazó fuertemente después de darle un cariñoso beso.
- Deberías ir a ver a tu padre - le dijo ella entristecida
Algo en los ojos de su madre, y la manera como se lo suplicaba, no pudieron evitar que Claudia subiera hasta la zona reservada para ir a verlo. Su corazón le latía con fuerza, sobre todo porque no sabía como iba a reaccionar su padre al verla. Lo encontró charlando con unos periodistas de una de las cadenas que iba a retransmitir el partido. Charlaba muy animadamente con ellos. Cuando levantó los ojos y la vió, al principio se quedó serio, y excusándose ante la prensa, se acercó a ella muy lentamente.
- Hola -le dijo Claudia mordiendo sus labios nerviosa
- Hola, ¿qué haces aquí? - le pregunto él besandola más de cara a la galería
- He venido a ver el partido.
- Querrás decir que has venido a ver a tu novio.
- Si... eso...
- ¿ Estás muy bien en su casa?
- Si...
- Me alegro, por lo menos no estás por ahí tirada en la calle
- Pues mira si. Por suerte ni mi novio ni ninguno de mis amigos me iban a dejar sola. Adiós papá
Claudia se dio la vuelta fastidiada para volver a su sitio en las gradas. La aguda voz de su padre, la hizo darse la vuelta.
- Quiero que vuelvas a casa...
- ¿En serio? ¿Y en que condiciones? -ella lo miró muy sorprendida, casi sin creerse lo que le pedía
- Sin condiciones
- ¿Qué? ¿Será una broma, no?
- No, no lo es. Estoy hablando en serio. Sin condiciones. Vuelves a casa y sigues con tu vida, tu instituto, tus exámenes...
