10- Adiós, Milk

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Los días pasaban mientras el ajetreo en la clínica, Milk se debatía entre la vida y la muerte por culpa de su enfermedad del corazón. Caulifla se encontraba en el tejado sentada mirando al horizonte de la ciudad, mientras que un manojo de sentimientos hacen estrago en su interior.

La saiyajin de manera inconsciente sacudía sus piernas en el aire, mirando cabizbaja y ensimismada entre sus pensamientos, ni siquiera se percató que su protegida estaba a su lado.

-¡Caulifla! - llamó, en un tono de molestia Kale.

-¿Qué quieres, Kale? - respondió, de malagana Caulifla.

-¿Le sucedió algo a la mamá de Gohan? - esas últimas palabras hicieron que Caulifla reaccionara.

-Sí, le pasó algo. - habló, finalmente la chica de pelo alborotado.

-Yo... lo lamento mucho. - murmuró, la otra chica.

La morena colocó su mano sobre el hombro de su hermana dándole su apoyo. Kale conocía algo del pasado de Caulifla, ver a sus padres morir asesinados, perder a su hermano por diferencias de pensamientos, no era nada fácil y menos para una niña pequeña.

(...)

Goku no se había movido de la habitación de Milk desde el día anterior, tomaba con ternura su mano observando cómo la terrícola evolucionaba.

En ese momento hace su aparición Caulifla junto a Kale quien decidió quedarse afuera de habitación para no dejar a su hermana.

-¿Nada qué mejora? - preguntó, Caulifla con cierto aire cargado de tristeza.

-No, hace rato dijo que quería hablar con nosotros. Sólo debemos esperar a que despierte. - mencionó, el saiyajin con un cierto aire de tristeza.

-¿Es en serio? ¿Por qué habrá pedido eso? - cuestionó, Caulifla con curiosidad.

-Caulifla, no tengo la más remota idea. Lo qué sí sé es que no hay cura para su enfermedad. - respondió, el saiyajin muy triste. -¿Comprendes?

Caulifla asintió posando su mano sobre la de Milk, dándole cierto apoyo, de repente ésta última despertó. Miró a los dos con una sonrisa.

-Goku, Caulifla no me queda mucho tiempo así que... - toce un poco para luego seguir. -Q...quiero que cuiden de Goten. Él te tomó estima, Caulifla. - le sonrió a la saiyajin con cierta tristeza de quien sabe que le queda poco tiempo por vivir. -Goku... prométeme que seguirás siendo el mismo del que me enamoré.

-M...Milk, no digas eso. Te pondrás bien. - alentó, Caulifla sonriente pero Milk negó lentamente.

-Me temo que eso será imposible. Te dije que su enfermedad no tiene cura. - respondió, Goku con tristeza.

-Goku tiene razón, Caulifla, cuida de mi hijo Goten... te lo pido...

Con tan solo pronunciar aquellas palabras, Milk cerró los ojos mientras la máquina que registraba los signos vitales solamente registraba un pitido. Ya nada se podía hacer.

Goku comienzo a llorar sin consuelo, Caulifla sólo atinó a abrazarlo tratándolo de calmar, a su mente regresaron aquellas traumáticas imágenes del asesinato a sangre fría de sus padres.

-¡Milk no! ¡No puedes irte! - las lágrimas decoraban y daban brillo a un guerrero saiyajin que siempre poseía una brillante sonrisa en su rostro, la saiyajin lo volvió a abrazar y éste correspondió inmediatamente.

Aquella fatídica mañana fue el peor día de Goku, en la tarde se celebró el sepelio de Milk bajo un lúgubre manto de lluvia. Goten iba bastante triste, sin embargo no era el más afectado puesto que ocupaba el Son mayor.

Fuerza y Valor [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora