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Un día ocurrió un hecho que sería un punto y aparte en la historia del cielo, para unos una alegría, para otros una desgracia, Lucifer el ángel más bello y respetado por todos había sido desterrado por su padre, por querer ser como su padre, él fue desterrado y antes de irse, solo miro una vez más el lugar celestial y se dio la vuelta para más nunca volver, algunos ángeles quienes apoyaron sus ideales y pensamientos, fuero junto a él desterrados a un lugar desconocido, pasaron los años y Lucifer decidió convertir un lugar sombrío cuyo nombre sería conocido como el infierno, su nuevo hogar en donde él es el máximo regente, mientras vagaba en su mundo el conoció a unos seres que se hacían llamar demonios, estos no poseían un cuerpo como tal y estaban dentro de algunos animales y personas, Lucifer se vio muy interesado y decidió darles forma a sus cuerpos dando origen a la primera generación de demonios sus nuevos cuerpos eran parecidos a los primeros humanos, solo que estos tenían piel con color apagado, mandíbula con colmillos no muy destacables, además que algunos tenían cola, alas y cuernos, a medida que el tiempo pasaba estos seres evolucionaron hasta las formas que todos conocemos, se crearon jerarquías que dieron origen de paso a los círculos del infierno y cada circulo tenía a un demonio guardián dominante cuyo propósito es ser los ojos de Lucifer, sin embargo no todo era prosperidad para este mundo, mientras se formaba tuvo que pasar por múltiples ataques causados por otras entidades, mayoritariamente los ángeles quienes veían con desprecio a los demonios y te aseguraban que si te encuentras con uno eres considerado un traidor y merecías morir, múltiples guerras ocurrían en la frontera de ambos mundos para ver quién obtenía más terreno, entre el ejército de demonios, había una raza que era la que mejor se destacaba entre los demás, no solo eran fuertes, ágiles y con voluntad de acero, sino que la tortura era su característica principal, ellos eran los castigadores, seres que estaban dispuestos a darlo todo en la guerra su sed de sangre era brutal e insaciable de entre todos había uno que se destacaba, porque él a diferencia de los otros, parecía ser alguien que los organizaba y los educaba a cómo vencer a sus enemigos, este se llamó Arthros el despiadado, un ser que hacía temblar a cualquiera que se ponía de frente, él poseía habilidades excepcionales de pelea e inteligencia, gracias a esto poco a poco él se posicionó como el líder de ellos y su fama escaló hasta el punto de ser la mano derecha de Lucifer sin embargo, eso no era suficiente para hacerlo llegar hasta donde está, gracias a sus habilidades de manipulación, logró hacer vencedor a los demonios en muchos enfrentamientos pero, algo iba a cambiar el rumbo de su vida cuando conoce a su futura amada.
A lo lejos Arthros observa a un ángel volando como si no hubiese nada malo.
Arthros: ¿Quién será ella? *enterrando su espada a un duende* Parece peligrosa, mejor la capturó para sacarle algo de información. ¡OYE TU!
???: ¿Qué pasa jefe? *Se termina de tragar un brazo cercenado*
Arthros: llama a los otros, tengo un mal Presentimiento sobre ella.
???: ¿Mal presentimiento? Cree que es una espía.
Arthros: lo más seguro, no podemos dejar que ella sepa algo que nos perjudique.
Este ser de aspecto angelical, volaba por los alrededores y no parecía importarle que la notarán, de pronto mira a lo lejos como unos demonios de esta raza entrenaban y ella anota todo lo que ve.
???: Je *se detiene y baja a esconderse en unas rocas* con esta información, nuestros enemigos caerán.
De repente, una sombra oscurece su visión.
Arthros: lástima que no la puedas compartir, MATENLA.
Cinco demonios la rodean y cuando Arthros creyó que la dominó, él ve con sorpresa como ella mató a los cinco con un potente destello blanco.
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Devil's Awakening (Madness Has Begun+15)
ActionDemonios y Angeles se encontraban en la frontera entre el cielo y el infierno dispuestos a conquistar territorios y a demostrar de una vez por todas quienes son los superiores, sin embargo un ser de fuerza cosmica decidio meterse en el medio de la c...