16. A partir de mañana estaré junto a ti siempre que pueda estar.
1
A pesar del momento angustioso, Christian hace el mayor esfuerzo por mantener el auto en el camino, pero como en todo camino hay un tope, mismo en el que vamos a chocar sino halla la forma de detenerlo a tiempo.
—¿Quién ha cortado los frenos? —le pregunto espantada, aunque la velocidad del auto es lenta el miedo no se me quita—. ¿Cómo haremos para detenerlo ahora?
—¡No tengo idea de quién lo hizo! —Resopla. Ugh, está muy molesto—. Y no creo que el impacto sea tan grande por que he bajado la velocidad.
—¿Estás seguro? —chillo a punto de llorar.
—¡Sólo agárrate fuerte! —ordena estrictamente, acelerando un poco más—. Hay bolsas inflables de seguridad.
Trago saliva en seco, me agarro fuerte de su brazo, tenso la mandíbula y cuando sentimos el impacto, las bolsas se inflan de aire para posteriormente pegar en nuestras caras; puedo jurar que algo adentro de mi estomago se desacomoda.
Pero a Christian, lo que se le desacomodó fue su estado de ánimo. En este momento la música One More Time, que sonó durante todo este tiempo, termina.
—¡Mierda! ¡Mil veces mierda! —Abre la puerta con violencia, y corre a ver el parachoques que ha quedado un poco deteriorado—. ¿Quién mierda hizo esto? —No quiero tratar con él así, porque presiento que comenzaremos a pelear, así que me limito a guardar silencio. Siento un pesar enorme. Tan bonito era el momento y se tuvo que arruinar—. ¡Y todo por traerte acá! ¡Esto es tu culpa, Alice!
«¿Qué? ¿Qué cojones acaba de decir?»
—¡Discúlpame! —exclamo molesta, aparto con dificultad la bolsa de mi cara, y bajo del auto cruzada de brazos y más que inconforme—. Alguien cortó los frenos de tu auto, y estoy segura que esa persona no te quiere por alguna razón, así que eso significa que la culpa es tuya.
—No hables sin saber cómo son las cosas —bufa como el ogro que es cuando se enoja—. Yo no tengo ni la más mínima idea de quién lo haya hecho, y mucho menos por qué.
—Entonces no me culpes a mí —Me señalo, demasiado enojada.
Christian suspira de pronto como queriéndose relajar; ojalá que le funcione, —Soy un fracaso haciendo esto, intentando ser el novio de alguien como tú.
—¿Y a qué te refieres con esa expresión de "alguien como yo"? —casi lloro, preguntándole.
—Una nerd —suelta, fastidiado. Y yo me rompo a llorar, ¿Me hiere que vuelva a ser el Christian odioso de siempre si ya se supone que había cambiado? Hasta me ha ofendido de nuevo; Da unos cuantos pasos para acercárseme; me abraza—. Discúlpame ¿Sí?, no fue mi intención. Sólo estaba disgustado.
Retrocedo alejándome dos metros de él; no quiero que vea que me puede contentar con simple abrazo, —Eso no te justifica, Christian. Tal parece que seguirás siendo el mismo, ves cómo me has insultos y echado de la culpa de algo que yo no hice.
—Ya te dije... estaba disgustado por lo que le pasó a mi coche y....
—Es que no es sólo eso, Christian. —Me seco mis lágrimas, haciéndome la víctima, por qué lo soy, ¿No? Me ve esperando que prosiga—. Pasé los primeros bloques de clases creyendo que llegarías a mi salón, y no apareciste.
—Yo estaba ocupado...
—Además, —No dejo que termine, como la necia que soy— debemos vernos a escondidas como si no fuera normal ser novios. ¿Acaso no lo somos?
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El Juego de Las Apuestas © [BORRADOR]
Teen FictionLA EDICION MEJORADA DE ESTE LIBRO ESTÁ DISPONIBLE EN FISICO Y EN DIGITAL POR AMAZON COMO: «EL JUEGO DE LAS APUESTAS: UNA COMEDIA ROMANTICA» ESTE ES SOLO UN BORRADOR. Alice y Christian se enfrentarán a su peor año en el libertino Elit High College. C...