17. Christian y yo ya nos empezamos a querer tal y como somos [Parte II]

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Nota importante: esta es la segunda parte del capítulo anterior.

17. Christian y yo ya nos empezamos a querer tal y como somos [Parte II]

3

En la mansión Collins reciben a Christian con un saludo no tan caluroso. Primero nos encontramos con el padre, quien le dice "felicidades", de lejos y luego sale. Después nos sentamos en la sala con sus hermanos, quienes también le dan las felicitaciones de lejitos, y se quedan en el lugar donde están

¿Qué les pasa? ¿Por qué son así?

Yo los imaginaba ansiosos buscando qué darle a su hermano, o aportando con los preparativos de la cena de esta la noche, pero de eso sólo se encargan los empleados.

Ahora entiendo por qué para Christian fue mucho el detalle que mi madre y yo le dimos.

¿Acaso sus hermanos no lo quieren tanto como para darle regalos como esos?; Creo que la pésima relación con ellos se ha salido de control; Los cuatros nos quedan viendo a mí y al rostro serio de Christian, que tengo a la par.

—¿Me dejarás arreglarte para hoy en la noche? —me pregunta Lucy ansiosa. Asiento amablemente—. ¡Gracias Alice!

—Gracias a ti, Lucy.

De pronto mi mirada se encuentra con la expresión amable de Shelsea, —Shelsea, gracias por el vestido.

—No es nada, y tengo otros para ti. Te los daré luego.

—¿Enserio? Gracias —En parte siento pena que me regale vestidos, pero si me los da es por que ya no le quedan o algo así; Shelsea ladea el rostro con simpatía—Se me había olvidado entregarte el que me prestaste. Christian me dijo que me la habías regalado.

Esbozo una corta sonrisa hacia el rostro de Christian para incluirlo en la plática, pero no se toma la molestia de prestarnos atención; esta situación me está haciendo sentir incomoda.

Harry me ve por encima de sus lentes; por la expresión orgullosa de su cara sé que me quiere decir: estoy emocionado de volverte a ver, Alice; de la misma manera le exclamo: Yo también, Harry.

Charlie suena su potente garganta interrumpiendo nuestra telepatía, —¿Entonces Christian te presentará como tu novia esta noche?

—Así es —respondo nerviosa, con solo escuchar eso de que me va a presentar la piel se me achina.; lo con un brazo, pero él sigue indiferente, entonces decido seguir insistiendo—. ¿Verdad Christian?

—Sí, te presentaré con lo demás por que ellos ya se dieron cuenta —Mi expresión se torna seria. La expresión de los Collins, neutral. Seguro que ya se han acostumbrado a ese carácter.

Hay un silencio incómodo para mí, hasta que Lucy espeta: —Vendrá mamá.

—¿Qué más da si viene ella o no? —protesta Christian, viéndolos uno por uno—. De todas formas, siempre les pone más mente a ustedes que a mí. Yo soy un cero a la izquierda para ella.

A continuación: un gran silencio incomodo, ahora para todos, y Christian yéndose molesto a su habitación. Primer dato sobre él: no se lleva bien con sus hermanos, segundo dato: no se lleva bien con su padre, y tercero: tampoco se lleva bien con su mamá.

Debe haber un porqué de todo eso.

—Christian, espera —le pido, siguiendo sus pasos hasta su habitación, con permiso de sus hermanos.

Lo encuentro acostado en la cama, con los pies recogidos. Entro a su habitación, camino hacia donde está a pasos lentos, y al alcanzarlo le toco la mano. Ante mi tacto suspira.

El Juego de Las Apuestas © [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora