El Juego de Las Apuestas © [BORRADOR]

25. Su traición me ha destruido una vez más.

25. Su traición me ha destruido una vez más.

1

Luego de darle la noticia Christian camina hacia mí dispuesto a abrazarme, pero sus brazos ya no me generan la misma reacción de ayer con el incidente. He vuelto a mi plan venganza.

—¿Qué hay de Myke y su intento por sobrepasarse contigo? —pregunta.

—Pondré la denuncia junto a mamá cuando regrese.

—¿Entonces no le piensas contar por el momento?

—No. Hasta venga —Me analiza con esos ojos café claros. De seguro se está preguntando por qué he tomado esta decisión—. Su viaje es importante y no quiero atrasara.

—Bueno, respetaré tu decisión.

Claro, por que le conviene. Tengo que hacer lo posible para que no le saque provecho a esto. Quizás encargarme de que nadie sepa que viviré aquí unos días.

—Pero, te pediré algo —irrumpo el silencio entre ambos—. No le cuentes a nadie que estaré aquí unos días, ni siquiera a tu familia.

—¿Qué?

Frunce el entrecejo. No le conviene la idea por que al no enterarse nadie de que me llevo a vivir con él no podrá demostrar que supuestamente he caído en su estúpida apuesta.

—Lo que has oído. No le vamos a decir a nadie que estaré viviendo en tu mansión.

—Eso es absurdo —habla con ironía, pasándose la mano por el copete despeinado—. De alguna forma se van a enterar cuando te vean en la casa.

—Nadie se va enterar si soy muy cuidadosa. Además, la mansión es muy grande y estoy segura que hay un cuarto escondido para mí.

—Es que es absurdo —recalca—. Cuando tengas que comer o ir al baño, o bañarte los empleados o mis hermanos te van a ver, incluso mi padre que casi no se mantiene en la mansión.

—Yo ya te dije que si soy cuidadosa nadie se va a enterar.

—¿Y por qué no quieres que nadie se entere? —pregunta, extrañado.

—Por que pensaran mal —digo con obviedad. Él voltea a los ojos.

—¿Y a ti que te importa lo que piensen los demás?

—¿Acaso a ti no te importa lo que piensen los demás?

Se queda callado unos largos segundos. Obvio que si le importa lo que piensen los demás, con esos aires de querer construir "una buena imagen" ante el resto queda claro que sí.

—Pero eres mi novia, es normal que vivas conmigo unos cuantos días.

—Yo no voy a vivirme a tu mansión por ser tu novia —Se pone furioso—. Yo vine como alguien a quien estas ayudando.

—¿A qué te referías cuando dijiste que lo nuestro no tiene solución? —sabía que pronto iba sacar a relucir el tema.

—A que necesito un tiempo, Christian, tantos reclamos tuyos me están volviendo loca y ya no puedo soportar todo eso —Finjo sollozar aunque creo que en el fondo la sensación es real.

Camino a la cama para sentarme. Él me analiza con pesadez, —Yo te prometiera ser distinto si tú me prometes alejarte de Michaell, y de todos esos chicos del consejo directivo.

«¿Alejarme de ellos?» Nunca. Ellos son una pieza clave para mis planes.

—El problema no son ellos, el problema es tu actitud.