22. Con esa actitud está hundiéndose sólo.

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22. Con esa actitud está hundiéndose sólo.

1

Luego de hacerlos pasar a todos. Toman cada uno un lugar en los sofás y comenzamos a charlar entre todos sobre cómo van las cosas en el Elit.

Principalmente Charlie, quien cuenta los patrocinios que han tenido con el consejo directivo para las fiestas, y que entre ellas habrá una fogata para observar una lluvia de estrellas.

Shelsea agrega detalles de los preparativos y, Lucy y Harry no paran de verme emocionados. Eso me hace creer que me extrañaban o algo así.

Christian está a la par mía y no para de echarle miradas fulminadoras a Michael, quien no suelta su celular. Audrey y Bonnie permanecen en silencio, viéndose a cada rato entre ellas.

—¿Quién quiere pizza? —pregunto, levantándome para ir a traerlas.

—¡Yo! —responden Harry y Lucy en unísono. Los demás ríen menos Christian.

—Iré a traerlas —digo, e inicio mi recorrido hacia la cocina.

Michael se reincorpora con una sonrisa en la cara. Y desde luego entiendo que trama algo. Todos los ven, mientras me ve —Te ayudaré a repartir, Alice.

No puedo evitar sonreír al ver la cara de idiota a Christian.

—¿Dónde está la pizza? —me pregunta Michaell cuando estamos en la cocina. Enseguida lo veo sonriente—. Si vamos a estar así deberías al menos planear cómo hacerlo.

—Tienes razón —Me toco el mentón—. ¿Qué tal si comienzo a reírme ahora mismo para que las carcajadas se rieguen hasta la sala y él piense otra cosa?
Asiente con una sonrisa maliciosa en la cara. Le luce bastante a esa perfecta quijada. Enseguida corre a hacerme coquillas y yo fácilmente suelto las carcajadas del plan. Después me suelta.

—La pizarra está en el horno... —digo pero me detengo por que vuelve a hacerme cosquillas y mis carcajada son tan fuertes que pegan en las paredes de la casa—. Seguramente ahorita están volteando extrañados hacia acá —digo en cuanto me suelta de nuevo, y me dejo de reír.

Michael se encoje de hombros. Después va a abrir el horno. Mientras yo estoy sacando la Pepsi del refrigerador siento un bulto en el bolsillo de mi pantalón. Es el celular.

Lo saco rápidamente, lo enciendo, y luego lo guardo de manera que sólo se pueda ver la parte superior de la tapa.

—¿Qué está pasando aquí? —Christian entra de pronto a la cocina.
Michaell y yo nos volvemos para verlo. Y a continuación los dos pares de ojos están sobre mí.

—Eh...nada cariño —le digo con una sonrisa "amable"—. Sólo que Michael es muy simpático y me ha hecho reír.

—Sí, yo lo he hecho —dice Michael con altivez. Christian lo quiere matar con la mirada.

—¿Y de qué forma te ha hecho reír, este? —Bufa muy molesto.

—Pues me ha hecho coquillas —digo con tranquilidad, y le doy la soda—. ¿Me ayudas a llevarla?

Asiente con la expresión demasiado seria.

—¡Uy! ¿Por qué tan serio? —le pregunto Michael en tono burlón.

—¡Qué te importa! —le dice a Michael sin voltearlo a ver. Luego camina hacia mí—. Vámonos Alice.
—Está bien —digo. Christian da la vuelta y por detrás de él le guiño el ojo a Michael, quien permanece relajado y tan satisfecho como yo.

2

En la sala veo que han llegado unos chicos del consejo directivo que yo no he invitado. Todos están regados por toda la casa, unos conversando con otros, y la mayoría tiene una cerveza en la mano.

El Juego de Las Apuestas © [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora