21. Un alto a la cobardía de no tomarme los problemas por la cabeza.
1
Ya está decidido. Debo salir de aquí. ¡Audrey se va a casar por dios! Y yo no sé si es ella o es Bonnie la víctima del juego. Debo evitar que hagan locuras como esas, locuras que las haga pasar por un sufrimiento peor que el mío.
La expresión de Audrey se torna pensativa. De seguro está viendo mi cara de desaprobación.
—¿Por qué te quedas callada? —Me suelta la mano, confundida. Y yo
me encargo de girar los ojos.No estoy decidida a contarle la verdad. Estoy segura que si lo hago se enojará conmigo por no habérsela dicho todo este tiempo. Además, eso puede afectar mi plan.
—Tú no te puedes casar.
—¿Por qué?
Le vuelvo a tomar la mano, y me preparo para mentir, —Por que estás muy pequeña para eso Audrey. Ese es mi consejo de amiga.
No. Mentira, eres parte del juego de las apuestas, Audrey, por eso no quiero que te cases.
—¿Tu consejo? —pregunta con cierta ironía. Segundos después me suelta la mano de nuevo—. Pues no lo acepto Alice. Yo ya tomé una decisión.
No hagas esto Audrey. No me pongas entre la espada y la pared, le ruego con la mirada.—¡Alice, di algo! —exige aturdida.
Estas son las consecuencias de no haber tratado con esto antes. Mi egoísmo me hizo centrarme sólo en mis problemas y no en los de mis amigas.
—No te puedes casar, Audrey. Apenas conoces a ese chico. No hagas algo de lo que te puedas arrepentir.
—Él es maravilloso y tú lo sabes bien. Jamás había conocido a un chico así. No es justo que tu siendo mi amiga desapruebes mi decisión.
Rodeo a Audrey con un brazo, —Si desapruebo tu decisión es por tu bien, amiga.
—Pero tú no entiendes que mi bien es él y sólo él —insiste sin jactarse ni un poco de lo que dice—. Ni mis padres me detuvieron mucho menos que tú lo hagas.
«¡Dios ayúdame!» suplico desde mis adentro. Debe haber algo que la detenga, algo que no sea contarle la verdad; Audrey tira mi brazo a un lado y sale corriendo por las escaleras.
—Nada ni nadie me va a detener —dice con firmeza antes de darse la vuelta.
En medio de mi desesperante estado la sigo a zancadas grandes, ella baja el último escalón cuando yo apenas doy pasos en los primeros y al llegar a la puerta, la abre, y mi desesperación puede más que todo.
—¡Eres parte de una apuesta, Audrey!
Se detiene justamente en el marco de la puerta, se da la vuelta, y permanece atónita por un par de segundos, no puede ser dios, me imagino lo que siente en estos momentos.
—¿Parte de qué? —Su voz se hace una minucia.
—Creo que eres parte del juego —suelto a punto de llorar del remordimiento—. O Bonnie o tú. Una de las dos es parte del juego.
Y eso es suficiente para que Audrey se parta en llantos.
—Audrey yo... ¡Lo siento!
—No, Alice —dice. Su cara se encuentra llena de furia, de un momento a otro—. ¿Desde cuándo lo sabes?
—Desde hace un par de semanas. Pensaba decírtelo, pero no quería que te pusieras mal —Alcanzo su mano para tomársela pero ella no me deja hacerlo. Estoy segura que no me perdonará de esta—. Yo intenté averiguar cuál de ustedes estaba en el juego por mi cuenta, pero luego tuve unos problemas y lo olvidé.
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El Juego de Las Apuestas © [BORRADOR]
Teen FictionLA EDICION MEJORADA DE ESTE LIBRO ESTÁ DISPONIBLE EN FISICO Y EN DIGITAL POR AMAZON COMO: «EL JUEGO DE LAS APUESTAS: UNA COMEDIA ROMANTICA» ESTE ES SOLO UN BORRADOR. Alice y Christian se enfrentarán a su peor año en el libertino Elit High College. C...