《 Maravilloso Desastre 》 •R•I•V•A•M•I•K•A•

VII.

Pasó un par de semanas desde que habían vuelto a intimar.
En un principio Levi se comportaba raro, distante, al igual que como cuando recién había llegado al departamento, su presencia intermitente, aveces se iba un día, aveces dos.
Pero ya cuando estaban en la segunda semana, la relación era más amena para ambos, pese a que no hablaban mucho, ellos se acompañaban ya sea leyendo sus respectivos libros, o bien, Levi ayudaba a calcular el puntaje de las evaluaciones que hacían los alumnos de Mikasa mientras ella corregía y así.
Pese a que no conversaban de temas personales, para Levi todo ello estaba envuelto en una intimidad única, que lo llenaba de cierta manera inexplicable, cosa que nunca había sentido. Y todo esto concebido por naturalidad propia de la azabache.

Llegado el inicio de una nueva semana ambos estuvieron full con la universidad, a mediados de ella, Levi en una reunión con su profesor guía había recibido la excelente noticia de que su proyecto sería discutido por el consejo municipal la próxima semana, por ello estaba enfocado en su presentación para los asistentes. Encerrado en su habitación para dedicarle toda su atención y esmero.

Para sumarle mas estrés al ojiazul, luego de esquivar magistralmente cada una de las llamadas de su madre, ella le envió un mensaje anunciando su visita la próxima semana.

Mensaje de Kuchel
Ya que me ignoras, tendré que ir a verte. Nos vemos la próxima semana.

Mamá no te ignoro, tengo un
proyecto importante para esa semana.

Prefiero que vengas otra semana.

Entonces iré antes.

Kuchel en serio no puedo.

Tu no me mandas, nos vemos hijo.

Pero mamá :(

Ahora Levi pasaba día y noche alarmado esperando a que cada vez que sonaba la puerta no fuera Kuchel.

—Hange puedes quedarte mañana en la universidad para ver el proyecto? hay algo que no me convence sobre los ducto de ventilación y el cableado- dijo moviendo compulsivamente su lapiz contra los planos.

-Si claro, asi lo revisamos todo- dijo su compañera al otro lado de la línea.

-Si no hay problema, me podrías reenviar la simulación del estudio de impacto ambiental?

-Ay enano que harías sin mi- él solo restregó sus ojos cansado de leer- revisa.

Acto seguido Levi movió su silla de escritorio hacia el computador

-Gracias cuatro ojos- contestó al verificar la recepción del mail.

-De nada enanin, descansa estamos a buen ritmo- le dijo con un tono maternal ella sabía que era un obsesivo. Levi no dijo nada solo cortó la llamada recibiendo inmediatamente un mensaje de la castaña reclamandole.

Lo bueno de todo esto fue que por lo paranoico que era, no se detuvo a pensar en la azabache que había comenzado a perturbar su mente, la semana pasada había aprendido lo laboriosa y detallista que era en sus estudios y trabajo.
Ella se tomaba muy en serio todo lo concerniente a la universidad, las veces que la había ayudado con sus clases ella lo regañó varias veces porque se distraía pensando en ella.
Sin embargo, gracias a Kuchel eso había cambiado y también gracias a la primera entrega de tesis que tenía la chica.