《 Maravilloso Desastre 》 •R•I•V•A•M•I•K•A•

XVII

Levi no se percató en que minuto Mikasa abandonó la cama, por ello se levantó confundido mirando por la casa para ver si la encontraba.

Allí estaba, batiendo una mezcla en un bowl de cocina mientras seguía atentamente un video por internet. Aún ni siquiera el sol se disponía a salir y la mocosa ya estaba en pie cocinando.

Consultó el reloj de la cocina, 5 de la mañana, caminó hasta la mesa y le preguntó que estaba haciendo.

—El pastel de mamá, generalmente lo hago el día anterior pero no me acordé— dijo en voz baja.

Levi la miró intrigado por los gestos tan naturales que para él parecían completamente extraños, sin duda sus expresiones de amor no alcanzaban el nivel en que ella estaba.

—Bien, en que te ayudo?— preguntó yendo al lavaplatos para enjuagar sus manos. La chica volteó para mirarlo regalándole una dulce sonrisa.

—Saca el bizcocho del molde y lávalo para poner este. Una vez esté pártelo y remoja ambos con unas cucharadas de licor. Toma, ponte esto en el cabello— pasándole un triángulo de tela blanca.

Dicho y hecho cumplió lo ordenado. Ambos estuvieron en silencio cocinando, solo con el ruido de los utensilios acompañados de miradas cómplices.

Levi se hizo a un lado cuando la chica comenzó a decorar la torta de nuez y manjar que tanto le gustaba a su madre.

—Y si le ponemos flores? Se puede?— preguntó el azabache con los brazos cruzados mientras inspeccionaba el betún que aplicaba la chica— Esto no está parejo, presta— dijo estirando la mano para arreglarlo, Mikasa se lo pasó y se desplazó torpemente hacia el costado.

Una vez terminó, tomó el celular de la azabache buscando la respuesta a su interrogante. Le consultó cual flor le gustaba a su mamá y si podía traer dos de ellas que estuvieran en buen estado y bien lavadas. Mikasa partió a lo encomendado y volvió con un par de girasoles perfectos para adornar la torta.

Levi con suma delicadeza los posicionó a un lado y la Ackerman fue la encargada de hacer los honores escribiendo feliz 42♡

—Kuchel se moriría si escribo su edad en el pastel— dijo sonriendo.

Ya podía visualizar el rostro de su madre si se enteraba de que andaba haciéndoles tortas a otras mamás, era muy celosa pese a lo poco y nada de afecto que mostraba él azabache.

—Al de tu mamá le escribiremos otra cosa entonces— contestó terminando de delinear el corazón— Listo! Es perfecto— dijo mirando a Levi mientras mordía su labio.

—Gracias, el pastel no se queda atras— Mikasa soltó una pequeña risita aún sin dejar de verlo, si que había cambiado, le gustaba este nuevo Levi, también el otro pero este más. Inconscientemente puso su mano en su pecho mientras entrecerraba sus ojos acercándose a su boca que tanto anhelaba sentir.

Abortó misión cuando sintió que no hubo respuesta de él, quien solo la miraba con una socarrona sonrisa.

—No entendiste muy bien el concepto de viajes de amigo parece— acuñó en tono de burla, la chica retiró sus manos mientras la vergüenza y la cólera le quemaban en la garganta, sino fueran las 6 de la mañana hubiera soltado unos buenos improperios para ese altanero. Giró sobre sus talones y comenzó a lavar la loza sucia en tanto Levi la ayudaba a secar y guardar.

Dejaron la mesa puesta para el desayuno, con la torta en el centro, Mikasa la acompañó con una notita la que decía que la torta era de parte de los dos, obviamente Levi también merecía el crédito y volvieron a dormir unos pocos minutos.