XIII.

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Levi miraba por el espejo retrovisor  como ambas chicas se comentaban cosas al oído y se reían, por su semana de constante alcohol, basto un poco de esta bebida para ponerlas ebrias.

Miró al chófer para ver porque manejaba tan lento y lo pilló también echándole una ojeada al asiento trasero.

—Conduce si no quieres quedar con el manubrio estampado en el rostro—dijo enojado. Se sacó la chamarra que traía por si el tiempo lo ameritaba y la tiró para atrás tapando las piernas de las chicas.

—No es tierno Mikasa?— si bien Levi seguía mirando al chófer, dirigió una rápida mirada a la chica para saber que contestaba. Ella solo asintió mientras Sasha volvía a colgarse de su oreja para
seguir secreteándose.

—Es de mala educación secretearse cuando hay más personas— dijo con la vista clavada en el conductor.

Ambas lo miraron Sasha avergonzada y Mikasa con una cara de incredulidad, obviamente todo esto con los rostros en un claro estado de ebriedad.

No comentaron más hasta bajarse del coche, cuando Levi certificó que el par estuviera dentro del lobby volvió su vista al tipo.

—Dejaré un reclamo en la app, si vuelvo a leer otro comentario así en tu perfil yo mismo voy y te quito las ganas de volver a husmear a chicas ebrias.

Él asintió por lo que él chico salió del carro. Caminó hasta los ascensores y subió, todo indicaba que las chicas se habían adelantado.
Cuando entró al departamento todo estaba oscuro, pese a que sabía que ellas estaban dentro pues la puerta estaba entreabierta.

Prendió la luz del living para ver mejor, ningún rastro.

—Mikasa! Sasha!— caminó hasta el cuarto de la primera y lo revisó, nada. Fue hasta el baño e hizo lo mismo. Nuevamente sin resultado, entró a su pieza ya un poco fastidiado con la situación...

—Buu— gritó Mikasa saliendo detrás de la puerta. Rodeo con sus brazos el cuello de Levi soltando una boba risa— Lo siento fue idea de Sasha.

—Tsk maduren— dijo sacándose los brazos del cuello.

—No seas enojón, es tu cumpleaños— dijo aún parada frente a él esta vez enganchando sus dedos en las trabillas del jeans de Levi.

—No es mi cumpleaños— dijo molesto, ganándose las risas de la Ackerman.

—Ve a buscar a Sasha, esta en el cuarto de lavado sino la pillas jamás saldrá de ahí, se toma los juegos muy enserio.

—mmm bien por ella— dijo tirándose en su cama, sin embargo no alcanzó a estar mucho tiempo pues Mikasa lo jalo hasta levantarlo y empujarlo por la espalda hasta la entrada.

—Tsk ya entendí— gruñó removiéndose para evitar el contacto.
Caminó hasta la cocina y abrió la puerta que estaba frente a la mesa por el costado.

—Sal de ahí Shaina— ordenó abriendo la puerta. La chica salió inmediatamente.

—Ya estabas tardando genio— dijo mientras tomaba las manos de ambos y los llevaba a la pieza.

—Que haces? Suéltame!— cuestionó Levi zafándose del agarre ya a la altura de su cuarto.

—No te hagas, Mikasa me contó que eras muy inteligente, así que no hagas preguntas idiotas— La Ackerman ya se les había adelantado y se encontraba sentada en el centro de la cama mientras Sasha lo llevaba hasta los pies del colchón

Levi trago duro, era un momento decisivo en su vida, o disfrutaba de un buen polvo con ambas bellezas o sería un caballero no abusando del evidente estado de embriaguez del par cuando el estaba perfectamente lúcido.
Sasha gateó hasta quedar a la altura de Mikasa y mirarlo.
La azabache que hasta el momento no había dicho palabra alguna, solo lo miraba con el mismo deseo que la vez que fueron al parque en bicicleta.

《 Maravilloso Desastre 》  •R•I•V•A•M•I•K•A•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora