IX.

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Cerró la puerta y se apoyó en ella deslizándose hasta quedar sentado.
Mikasa lo miró divertida con la expresión de Levi quien miraba al techo ensimismado.

- No seas exagerado, ni siquiera te veías incómodo- dijo la azabache quien reposaba en el umbral de la cocina con sus brazos cruzados.

La verdad es que no, no fue nada incómodo, los tres se divirtieron, jugaron naipes e incluso rieron sin tocar temas profundos o que pudieran inquietar al chico, salvo por el "Deberiamos salir a beber un dia" de su madre para Mikasa, fuera de eso fue una tarde agradable.
Y eso era lo que le asustaba, la comodidad, lo familiar que se sintió, esa azabache comenzaba a ganarse un espacio importante en la vida de Levi. Le aterraba pensar en que se convertiría en la personificación del cliché del traumado que busca a alguien como su madre, sin embargo él no quería alejarse, le gustaba la sensación que ella le producía y por lo menos, por ahora, no queria evitarlo ni pensar en ello.

Levi metió la mano a su bolsillo y sacó una bolsita alzandola entre sus dedos frente a su rostro con una sonrisa de medio lado. Mikasa sonrió negando con su cabeza. Caminó en dirección al living y al pasar cerca de Levi le arrebató la bolsa sin siquiera mirarlo o dirigirle palabra alguna, solo se limitó a caminar seductoramente.
El Ackerman trago duro mientras se restregaba la cara y se levantaba para seguir a la chica. Al llegar a la sala vió como la chica movía sus caderas al son de la melodía que tarareaba, Levi tomó asiento tras ella viendo su pequeño baile.

-Tienes el moledor?- preguntó el ojiazul haciendo que ella volteará aún bailando, no dejó de bailar negando con su cabeza mientras sujetaba la bolsa con los labios. Como era de esperar Levi se quedó pasmado unos segundos viendo con un rostro duro a la danzarina.

Ella paró de bailar y se sacó la droga de los labios.

-Esta bien yo iré- Soltó un gruñido y fue a su pieza para traer todo lo necesario- Eres un flojo.

Levi frunció el ceño mirándola extrañado, aquellas últimas acusaciones de Mikasa hicieron que él saliera de sus pensamientos.

Sin entender nada aún, vió como la chica dejaba las cosas en la mesa de centro para luego salir de la habitación. Para no ser ofendido nuevamente y, según él de manera gratuita, comenzó a armar el cigarro.

Luego de unos minutos escuchó a la azabache dirigirse de su pieza a la cocina y luego volver con unos vasos con agua.

Cuando tomó asiento, el azabache tenía todo armado, ella se sentó como indio y puso play.
Al ritmo de Do I wanna know? Comenzó a mover sus hombros mientras ponía el cigarro en su boca y lo prendía.
Levi, quien se encontraba con una pierna flexionada sobre el sillón la miraba con la misma expresión que anteriormente la había visto.
Una seriedad imperturbable a primer vistazo, sin embargo él se encontraba en un serio debate interno sobre autocontrol.
Dio un par de caladas y asintió

-Está muy buena- dijo estirando su mano, Levi quien seguía en su propio infierno no reaccionó- LEVII- Él ante el llamado llevó su atención a la realidad- tu mamá se llevó tu cerebro o que?

Él tomó el cigarro mientras chasqueaba la lengua, dió un par de bocanadas más pausadas que las de la azabache.

-Que te pasa?

-Nada, solo estaba pensando- respondió mientras le pasaba la hierba.

-En tu mamá?- preguntó la azabache.

-Si- respondió inmediatamente, era más fácil explicar sus sentimientos hacia su madre que lo que tenía ganas de hacerle a ella- Lo pase bien hoy día.

- Yo igual, quiero creer que ustedes se pueden llevar así de bien siempre- dijo regalándole una hermosa sonrisa, que él no pudo apreciar por estar viendo el televisor.

《 Maravilloso Desastre 》  •R•I•V•A•M•I•K•A•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora