VIII.

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Mikasa acababa de llegar al departamento feliz por haber terminado su clase temprano. Al bajar del ascensor la azabache comenzó a mover su falda floreada al son de Dynamite de BTS mientras la coreaba. Sintió una mirada la que la hizo levantar la cabeza.

Una mujer preciosa y con cabellos largos sedosos, sus facciones... sin duda era la mamá de Levi quien miraba divertida la escena.

-Sra. Ackerman?- dijo Mikasa sacándose los audífonos mientras sonreía.

-Señorita- corrigió divertida-Hola...?

- Mikasa, soy la roomie de su hijo- dijo estirando su mano.

-Roomie?- Sin entender que hablaba frunció su ceño produciendo unas suaves carcajadas de la joven.

- Perdón es que es igual a su hijo cuando frunce el ceño.

Aquel comentario hizo que Kuchel sonriera con mucha ternura.

-Soy la conviviente de Levi, pasé- dijo girando la llave y haciéndose a un costado para que la señora pasara.

Ella miró el apartamento encantada, le fascinaba la decoración moderna que tenía.

-Me encantan los tonos y que tengas plantas dentro es muy moderno, seguro a mi hijo le gustó- dijo caminando por el lugar- es un poco chico, es evidente, la vista no es la mejor- señaló asomándose por el balcón- pero es muy limpio.

- Fue él- dijo Mikasa mientras preparaba un poco de té.

-Viven solos?- preguntó dejando su bolso en una silla, vió como la chica asentía- Son novios?

-No, no, solo compañeros.

-Lo supuse eres muy alegre para ser su novia- dijo tomando asiento- se llevan bien?

-Mmm al principio no después si, quiere té o café.

- Té negro, por favor.

-Azúcar o endulzante?

-Nada-la chica caminó con las tazas y unas galletas, las más finas que encontró en la alacena-Gracias, y que cambió para que se llevaran bien?

-Nada salvo un poco de marihuana y sexo casual.

-Solo la convivencia.

-Ya veo- dijo Kuchel haciendo una breve pausa- seré directa contigo Mikasa- la aludida miró por encima de su taza a la señora- mi hijo me ignora, le pone de malhumor hablar conmigo, sé que con todos es igual pero yo conozco a mi niño y sé que en verdad le molesta, sé que hay problemas, o mejor dicho traumas del pasado que le cuesta dejar y seguir adelante, quizás no se nota pero si que los tiene.
Es por eso que estoy aquí, para saber cómo está, puedo parecer entrometida pero la verdad es que no sé nada de lo que hace, de dónde vive, no puede ser que me entere de que tiene una roomie solo porque me la tope en el edificio
- dijo muy triste como si en verdad no pudiera entender lo que pasaba- Perdón que me desahogue contigo pero no lo entiendo, hago todo lo posible para estar cerca de él pero pareciera que más lo alejó. Perdón si él es un maleducado contigo- bajo su mirada a la mesa mientras jugaba con el doblez de la servilleta.

-No tiene por qué- dijo la azabache con una tierna sonrisa, alargó su mano hasta la de ella presionandola levemente- No le podría dar un consejo, no soy madre y estoy segura de que usted lo conoce más que yo, pero aunque no lo crea él me habló de usted, cuando lo hizo su sonrisa fue la mas genuina que en estos dos meses he visto.

-Él te habló de mi?- preguntó emocionada en tanto la joven lo confirmaba- Es lo mejor que he escuchado en años.

A simple vista se notaba él amor que esa mujer le tenía a su hijo, se veía preocupada más que una madre entrometida. El bichito de la curiosidad picó a Mikasa, quería saber el por qué de la lejana relación entre ellos, pensó en preguntar, suponía algunas cosas, pero no era el momento. Ella se veía tan frágil como un pollito.
Después sin duda llamaría a su madre para recordarle lo mucho que la amaba, pese a que lo hizo a principio de semana.
Movida por su corazón se paró para tomar asiento al lado de Kuchel e inclinarse para abrazarla, a ella no le costó nada responder el gesto.

《 Maravilloso Desastre 》  •R•I•V•A•M•I•K•A•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora