Capítilo 26 Maratón 2/3

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Los primeros días sentía que su corazón ya no respondía, le dolía. Se sentía extraña sin tomar contacto con ninguno de sus amigos, solo con Annie. Extrañaba a Zayn, extrañaba a los demás. Sin embargo ella se pautó dejar de generar problemas, los evitó a todos, quiso volver a ser la misma de antes, estudiar sus coreografías de porristas sin ningún tema en la cabeza, sonreír y solo para fingir en la preparatoria. Todos se habían asombrado, era curioso para los demás que el mismísimo Niall Horan ya no la fuera a llevar ni a retirar en la puerta de la preparatoria, y así se dieran un beso soñado, con las miradas de todos sobre ellos y así entre risas y abrazos dirigirse al auto de Horan con algún destino.
No, eso ya no pasaba. Jazmine se veía al espejo todos los días, arreglaba su cabello, su vestimenta, pero no su corazón.
Lo pensó mil veces, dos semanas sin él y estaba que caminaba por las paredes de la locura. ¡Lo quería ver! abrazar, besar, decirle que nunca dejó de amarlo. ¿Por qué siempre complicaba las cosas? ¿Qué le costaba una vez jugarse por lo que sentía? Lo volvió a pensar mil veces, se levantó de aquella cama, destruida y con los ojos llorosos. Se había decidido.
Por su parte Malik no dejaba de sentirse vacío y de pensar en ella. En serio no sabía qué hacer para poder volverla a tener en sus brazos, la extrañaba como nunca. O quizá como siempre, pero aún más. Él se lo veía venir, un día, dos, tres, cuatro, cinco. Interminables días sin ella. Tristes. Oscuros.
No sacaba de su cabeza que hace cuatro días la había cruzado en la ciudad. Ella salía distraída de la preparatoria con unos libros en su mano, y ese uniforme de porrista. Que por cierto, le asentaba perfectamente al cuerpo y a Malik lo hacía enloquecer, pero más porque lo volvía loco el solo pensar que todos los patanes de la preparatoria podían verla y comérsela con la mirada. Su cabello largo atado en una coleta de caballo, sus piernas largas y flacas caminando al compás del latido de su corazón, o casi. Él la miró esperando un saludo, pero ella solo lo ignoró. ¡Lo ignoró!
Fumaba más de lo que lo hacía antes, estaba más nervioso, siempre a la defensiva. Así habían pasado dos semanas, dos semanas sin ella.
Se levantó con las ganas de cambiar algo, y hace mucho no salía de su casa. Así que se bañó, desayunó y se dirigió al centro. Compró unos víveres que le hacían falta, miró algunas vidrieras de la ciudad mientras pensaba en adquirir una nueva chaqueta de cuero negra, sonrió al pensar en Jazmine. Ella decía que esas lo hacían tener aún más el perfil de chico malo. Volvió a su hogar y se tiró en el sofá con las manos tapando su rostro. Frustrado. Sonó un timbre y ni siquiera tuvo ganas de abrir la puerta, de hecho ni siquiera se paró. El timbre volvió a sonar y se levantó gruñendo, quizá era Louis o alguno de los chicos, y necesitaban algo.
Abrió la puerta y se sorprendió al verla a ella, que al instante se enterró en sus brazos mientras sollozaba.
-Jazmien- le dijo él en shock- ¿qué es lo que pasa?- preguntó preocupado.
-Ahora soy yo la que no aguanta más- escuchó que ella respondió bajito. Aún sobre su pecho abrazándolo como si fuera que de eso se tratase su vida.
-Mi amor- la llamó Zayn correspondiéndole al abrazo. Besó su cabeza.
-Juntos, otra vez y para siempre ¿puede ser, por favor?- propuso ella y él la besó sin más preámbulos. Cerró la puerta y ambos se sonrieron. Ella aún con lágrimas en el rostro, él las secó. La tomó de la cintura abrazándola y subió un poco su blusa, notó que estaba delgada, realmente delgada.
Sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo y parpadeó varias veces. Se sintió raro, preocupado, pero debería tomarse las cosas con calma para no arruinar aquel momento juntos.
-Sí, piernitas de tero. Juntos para siempre- afirmó Zayn mientras quitaba su mano algo temblorosa de la cintura de ella. Jazmine le sonrió y él miró para otro lado. No sabía cómo preguntarle, cómo afrontar el tema. Pero lo dejó para después, no quería hablarlo ahora- Te extrañé, en serio- la volvió a abrazar y cerró los ojos al contacto. Sí que la había extrañado, con todas las fuerzas de su alma. Verla lejos de él le dolía, tenía ganas de abrazarla y tenerla en sus brazos para siempre, pero no podía. Se sintió satisfecho en ese momento por tenerla con él, y sabía que eso iba a ser así eternamente, ya que estaba seguro de que nadie los podía separar. Su señorita anónima, su piernitas de tero, su Jazmine.
-Yo también te extrañé mucho Malik, siempre estuviste en mi corazón- Él besó su frente y se sentaron en el sillón.
-¿Qué trajiste ahí, linda?- le preguntó al ver la caja que tenía con ella. Al instante se le formó una sonrisa perfecta, Zayn la definió en su mente como mágica, porque era capaz de alegrarle la vida en un segundo. Era tan hermosa, se sintió afortunado.
-¡Ay!- le dijo espontánea y contenta- traje esta caja que tiene fotos de nosotros, son hermosas- Malik la miró emocionado. Ella le alcanzó la pequeña caja.
Empezaron a ver todas las fotos entre risas, besos y abrazos. Se sentían completos, eran como la pieza que formaba parte de aquel rompecabezas que los tenía abrumados. Zayn miró extrañado las últimas fotos.
-¿Este soy yo cuando tenía quince?- preguntó extrañado. Ella asintió.
-Era la época donde era invisible para ti, te amaba en secreto y solía seguirte y sacarte fotos a escondidas. Luego las revelaba y suspiraba al verlas- Malik se la quiso comer a besos.
-Eres el amor de mi vida- le dijo mirándola a los ojos y le plantó un beso en el medio de aquel living.
-Estoy feliz de volver contigo- le dijo ella en el medio del beso. Él le sonrió y siguieron chocando sus labios.
Ambos se recostaron en el sillón mientras entre mimos miraban la televisión. Malik decidió tocar el tema.
-Jazmine, ¿sigues comiendo bien?- le preguntó. Ella lo miró extrañada.
-Sí- respondió al instante. Malik rodó los ojos.
-¿Sigues las indicaciones que te dieron?- ella asintió. Zayn la miró fijamente- ¿no me estás mintiendo, mi amor?
-Bueno- empezó a hablar ella. No le podía mentir a Malik- quizá no haya hecho todo al pie de la letra, pero es porque últimamente estuve con varias cosas en la cabeza- Malik la miró serio.
-A ver, piernitas de tero, tienes que seguir todo al pie de la letra. Mi amor, yo no estuve cuando pasó… eso- dijo incómodo- pero quiero ayudarte en lo que necesites y poder ser tu respaldo cuando te sientas mal. Te abracé la cintura y estabas delgada, bastante delgada- ella esquivó su mirada. El ojimiel la tomó del rostro y la obligó a verlo- en serio, linda. Te amo, quiero que estés bien- le dió un piquito. Ella lo abrazó.
-Gracias, lo estoy- le susurró al oído- y más si te tengo a mi lado.
-Te amo. Y nunca pensé ser tan cursi- ella le pegó despacio en el hombro.
-Discúlpame- se burló. Él la miró con cara de pocos amigos.
-¿Usted está buscando que le haga cosquillas?- ella negó.
-No, mi amor por favor no- dijo temerosa.
-Qué lástima, porque es lo que voy a hacer- y así empezó a hacerle cosquillas mientras Jazmine se desasía de la risa.
 Se rieron hasta el cansancio. Malik la observaba, y como siempre no podía creer lo hermosa que era. Perfecta, única.
Después de la sesión de cosquillas decidieron cenar, Zayn estaba contento porque Jazmine no se había negado a comer, quería controlarla con ese tema. No permitiría que vuelva a pasarla mal, de tan solo pensarlo se le encogía el corazón. Cocinaron juntos y se sentaron a cenar. La noche se aproximaba mientras ellos se dedicaban a mirarse a los ojos.
Mientras comían Zayn notó que ella probaba de a pequeños bocados. Esperaba un rato y luego volvía a comer otro. Le pareció extraño, así que le preguntó.
-¿Por qué comes de a bocaditos y tan despacio, linda?- ella lo miró y no se extrañó por la pregunta. De hecho, todos siempre le preguntaban lo mismo, y siempre tenía que responder lo misma historia.
-Porque mi estómago se acostumbró a no comer, por eso de la bulimia- le dijo avergonzada- desde que salí de la clínica como así, para que se vaya desacostumbrando a no comer. Por eso de a bocados y despacio- Zayn asintió algo triste.
-Sufriste demasiado linda en ese momento, ¿no?
-Podría decir que sí. Fue feo, y más al saber que eso me lo provoqué yo misma. Pero... ya pasó.
-Perdón por no haber estado en ese momento, soy un completo idiota- se acercó a ella y la abrazó por detrás, mientras ésta, sentada aún en la silla sintió los brazos de Malik en sus hombros.
-Ya te disculpaste miles de veces, y ya estás perdonado, mi amor- él negó.
-Yo soy el que no me lo voy a perdonar. Por eso quiero cuidarte y que comas, no puedo ni imaginarme que vuelvas a pasar por eso- ella asintió- en serio, eres lo más lindo que tengo y me duele pensar en ese tiempo. Quiero tenerte conmigo para siempre.
-No siempre todo es para siempre- le dijo ella- ya sabes, yo antes pensaba que sí, pero todo era producto de los libros que leía y las películas, desde pequeña pensé en el mundo de color rosa, pero me dí cuenta de que no existe y menos con una protagonista como yo.
-¿Qué dices? nosotros si somos para siempre, lo dijiste hace un rato, juntos para siempre. ¿Te acuerdas?
-Me acuerdo, sí. A veces me sale la soñadora de adentro. Sé que en algún momento te vas a cansar de mí, de mis problemas y de mis piernas flacas.
-Nunca, nunca- dijo decidido- pretendo vivir siempre contigo, casarnos, tener hijos, ser viejitos juntos- ella le sonrío.
-Es bueno eso.
-Sí, claro que sí- le plantó un beso en el cachete- ¿no sueñas lo mismo? así va a ser nuestro futuro, felices.
-Felices- suspiró ella- bueno, quizás lo sea si estamos juntos.
-¡Jazmine, qué eres dura eh! vamos a estar juntos siempre, mi amor- ahora le plantó veinticinco besos en el cachete. Jazmine rió- Vamos a tener dos hijos, un nene y una nena.
-¿En serio?- sonrió- ¿El nene va a tener tus ojos y tu seguridad. Y la nena va a ser una mini yo, con mi cabello y mi personalidad?
-Exactamente. Así lo pienso. Van a ser perfectos mis hijos, nuestros.
-Me gusta, me gusta- lo abrazó ahora ella.
-A mí me encanta. ¿Terminaste de comer?- ella negó.
-No, me falta un poquito. Pero no quiero más- hizo puchero. Zayn negó serio.
-Come todo, Jazmine. Ya- le respondió. Ella frunció el ceño.
-Sí así pretendes ser con nuestra futura hija ni siquiera me casaré contigo.
-Hay que tener límites, Jazmine. Sino los nenes te salen alocados.
-Contigo no tuvieron límites, entonces- le dijo burlona.
-Cállate y come. Tres bocados más y ya está. Solo tres y te dejo en paz, ¿sí?- ella asintió- y si, te vas a casar conmigo porque estoy seguro de que voy a querer ponerle límites a la princesa que vamos a tener como hija, me va a mirar y me voy a derretir. Así que va a salir ganando ella.
-Excelente- dijo con una sonrisa- ¡ya está! la cena estuvo muy rica, así que me voy a casa.
-¿Perdón, señorita? ¿Pretende irse a su casa con la oscuridad de la noche? ¿Tan tarde? no, se va a quedar a dormir con la preciosura que tiene de novio.
-No, me voy a casa tonto. Cuánto amor por ti te tienes- carcajeó.
-Te quedas- le dijo y la abrazó llevándosela arriba de las escaleras.
 Subió a la habitación con ella y la sentó en la cama mientras le plantaba un beso en la frente. Ella lo besó, y el beso se tornó algo apasionado. Se miraron y se sonrieron. Se percibió el ambiente. Nada importó y se siguieron besando, se sentía perfecto el movimiento de los labios de ambos, después de tanto tiempo. Se recostaron en la cama siguiendo con los besos, las caricias, y las palabras dulces al oído.
Él levantó un poco la remera de Jazmine, cómo pidiendo permiso. Ella le dirigió una mirada que le hizo entender todo. Quería hacerlo. Lo amaba con todo su corazón.
-Me hubiese gustado ser el primero- le susurró él. Ella lo miró extrañada.
-Lo eres- le respondió concisamente. Zayn le devolvió la mirada.
-Pero... tú y Niall... no...?- preguntó tenso. Jazmine sabía que esas cosas lo ponían celoso y de los pelos.
-No, Zayn. Siempre quise que seas el primero, y ¿sabes qué?- él la miró ilusionado y sonriente- no lo haría con otra persona que no fueses tu- esas palabras bastaron como para que él se la quiera comer a besos y hacerla suya de una vez. Era el amor de su vida, eso no se podía discutir.
-Me haces feliz, mi amor. Va a ser un placer, piernitas de tero- la abrazó dando confianza. Jazmine fingía naturalidad pero por dentro se moría de nervios, estaba asustada, pero quería hacerlo de todas formas. En las películas y libros que leía siempre llegaba al fin de que era una de las demostraciones de amor más lindas, cuando se hace con amor, claro. Y eso era lo que ella iba a hacer con Malik, iba a hacer el amor.
Las caricias dulces de parte de Malik la embriagaban, le sacó la remera y ella a él. Malik la trataba como si fuera una frágil muñeca de porcelana que en algún momento con una mala maniobra se podía romper. De a poco se fueron deshaciendo de cada prenda, hasta quedar completamente desnudos.
-Perfecta- le dijo Malik- eres perfecta.
  Jazmine estaba completamente sonrojada mientras Zayn no paraba de decirle cosas lindas al oído. Malik sentía que el corazón se le iba a salir, era tan tierna y tan hermosa. Fue ahí cuando comprendió que por más de que haya estado en la cama con miles de chicas, esta iba a ser la primera vez que hacía el amor. Y justamente, con el amor de su vida, su piernitas de tero.
Su espalda, su pequeña espalda, la acarició con devoción estudiándose los lugares, su vientre plano, sus piernas flacas y largas, cada centímetro de su cuerpo fue descubierto por él.
-Linda, ¿estás segura?- era el momento. No había vuelta atrás. Ella asintió con una mirada extraña, una mezcla de tensión y amor- si quieres que pare, dime por favor. Si te duele mucho, también. ¿Sí?- Volvió a asentir.
Entró en ella despacio mientras le decía que la amaba, no quería que le doliera mucho. Ella soltó un quejido y algunas lágrimas salieron de sus ojos, Zayn las notó y quiso parar, pero ella no lo dejó. Minutos después aquel dolor se había convertido en placer, un placer que ambos compartían.
Se entregaron uno al otro, se demostraron su amor de la forma más linda. Un rato después, cayeron rendidos sobre la almohada.
-La noche más feliz de mi vida- le dijo Malik mientras besaba la frente de su novia- te amo, mi amor.
-Te amo más, monkey- lo abrazó. Era raro para ella y le daba demasiada vergüenza la situación. Él aún en la oscuridad, gracias a las cortinas y el fiel reflejo de la luna noto su sonrojo.
-Qué linda eres, perfecta. Y más cuando te pones colorada- ella se tapó con la sabana- ¿para qué te tapas, princesa? no hay nada que no haya visto- le comentó y el color en sus mejillas aumentó- Te amo- besó su frente y ella colocó la cabeza sobre él pecho desnudo de Zayn, mientras él la rodeo con los brazos- duerme, mi amor.
-Te amo mucho mucho- le dijo Jazmine antes de cerrar los ojos y escuchar la dulce voz de Zayn susurrarle una canción al oído. Poco a poco iba cayendo en un sueño, total, nada importaba. Tenía al amor de su vida abrazándola, y cantándole.
Él susurraba la canción She de Ed Sheeran. Recordando aquellos tiempos donde estaba en Londres y el tema sonaba en la radio de la oficina, siempre le recordaba a ella. Ahora que la tenía al lado, y era completamente suya para siempre sonreía con orgullo.

~Y donde ella esté yo me quedaré de todas formas
Porque ella me conoce tan bien~

Aww ame este capítulo , me parecio muy tierno <3 +Gracias por leer . Deja tu voto y comentarios si te gusto + bye xoxoxo

+Llamada En Espera - Zayn Malik +Donde viven las historias. Descúbrelo ahora