El castigo de Damiana👑✅(Terminada)

Despedida de soltera (5)

Me quedo pensando y niego.

—¿Es obligatoria la luna de miel? —pregunto, se queda en silencio.

—No si ninguno quiere —responde —Solo te decía por si querías viajar algún otro lugar o descansar unos días, para ya luego regresar al colegio —responde, bueno tiene razón, luego lo pensare.

—Ah ya —respondo, decido guardar todas las cosas y luego sentarme en la cama.

—Sé que no quieres casarte conmigo y que aceptaste por tu bien, también sé que tienes un largo futuro por delante y que tal vez soñabas con casarte con la persona que tu escogerías y te enamorarías, pero bueno tu misma te buscaste tu propio destino —lo escucho decir.

—¿Tenia opción? No —me responde yo misma, realmente él tiene razón, yo misma busque mi propio destino, es morir o castigarme para toda la vida casándome con alguien que no quiero, es un castigo que yo misma me eche y por mi curiosidad pague caro y me traje consecuencias, pero aun así prefiero vivir, antes que morir.

Se pone de pie y luego sale de la habitación.

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Aren durmió en la habitación que las sirvientas le prepararon, se llevó la mitad de cosas de el para esa habitación, realmente me sentí mal cuando vi que llevo esas y no sé por qué me sentí mal, que de seguro es por qué le quité la habitación.

La madre vino en la mañana y ahora en la tarde ya me siento aburrida y no sé qué hacer, solo veo que los sirvientes van de un lado a otro muy ocupados, según escuche están preparando el lugar de la boda y todas esas cosas.

Solo faltan dos días para casarme.

Mis únicos pasatiempos son intentar tocar bien el piano, pintar recuadros y ahora leer, porque ya me abrieron en la mañana la biblioteca, hoy todo el día no he visto a Aren supongo que debe estar ocupado.

—Damiana —escucho la voz de Azriel, me giro para mirarlo —Oh veo que estas pintando —dice con una tímida sonrisa.

—Si no tengo más nada que hacer—respondo.

—¿Es tu pasa tiempo favorito? —pregunta.

—Algo así —respondo mirando mi diseño.

—Eres buena y me gusta —dice señalando el cuadro, solo estoy dibujando un enorme bosque.

—Gracias —respondo.

—De nada, ¿Qué tal después que pintes ese recuadro jugamos algún juego de mesa? —pregunto.

—Claro —digo.

Después de una hora terminando el cuadro, me pongo de pie algo rendida de estar sentada y sonrío a Azriel.

—Me gusta como quedo —comenta —¿Vamos a jugar? —asiento y salgo con el de la sala de arte, para dirigirnos a los juegos de mesa.

Al entrar a la otra sala veo una mesa paga jugar pimpón, nos dirigimos a otra mesa, Azriel se dirige a un mueble y toma una caja de cartón.

—¿Qué es eso? —pregunta.

Saca unas cartas, luego una tabla de ajedrez y otros juegos más.

—¿Cuál de todos? —pregunta.

—Ajedrez —respondo.

—Entonces será ajedrez —dice apartando los otros juegos.

Ambos nos empezamos a jugar y realmente en este juego no soy mala, es el único.

Sin embargo, un pequeño escandalo nos hace mirarnos confundidos.

—Iré a ver qué sucede ya vengo —me dice, solo asiento este se pone de pie y sale de la sala.