La cena (2)

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Siento que me cargan en unos brazos y luego me ponen en algo suave, abro los ojos poco a poco y lo veo a él

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Siento que me cargan en unos brazos y luego me ponen en algo suave, abro los ojos poco a poco y lo veo a él.

—Te has dormido en el suelo —habla, me incorporo en la cama y lo veo seria.

—¿Por qué me has cerrado la puerta? —pregunto.

—Por qué sabía que ibas a intentar escaparte —responde sentándose en la cama y mirarme, se pasa una mano por su cabellera negra.

—Como si conociera este pueblo —digo molesta.

—Sé que no, pero eres demasiado inteligente y astuta como para subestimarte — responde—En dos días iras a comprar el vestido — avisa poniéndose de pie.

—Soy menor de edad todavía —respondo.

—Lo sé, pero no hay nada que se pueda hacer cuando hay dinero por delante — lo veo y niego, manipula a quien sea por dinero —te espero en la cena abajo una de mis sirvientas vendrá a arreglarte —dicho eso sale y cierra la puerta.

Lo estoy empezando a odiar, hará de mi vida un infierno ¿Qué voy hacer con mi vida? Que si ya no tengo, él al parecer me la arrebató.

Escucho la puerta abrir y enseguida entran dos mujeres vestidas de sirvientas.

—¡Buenas tardes, señorita! —dicen ambas haciendo reverencia, ambas traen consigo varias bolsas de compras y las dejan sobre el sillón.

—Señorita, ocupamos que se ponga de pie para poder ayudarla alistarse para la cena —dice una de las mujeres, bufo y me pongo de pie, camino hacia ellas y me detengo enfrente de ambas.

—Puede darse una ducha —lo dice más como orden que a pregunta, sin embargo, le hago caso y me meto al baño, tomo una ducha y minutos después salgo con una toalla en mi cuerpo y otra en mi cabello.

Empiezan con arreglos de un lado a otro y me ponen una prenda luego, otra y otra hasta que una me quede perfecta según ellas, me agrada más una que la otra, ya que es muy mandona y algo criticona.

La rubia me agrada y es más joven también que la otra, me maquilla y me hace los últimos arreglos.

—Se ve muy bella, señorita —comenta la rubia.

—Gracias —digo mirándome en el espejo, llevo puesto un vestido negro pegado a mi cuerpo, unos tacones plateados, unos pendientes, un collar, el pelo hecho un moño grande y el maquillaje simple, pero atractivo.

—Ya está —dice la rubia sonriendo, la mujer mayor cabello castaño, me mira de arriba abajo, toma las cosas y las ordena —Vamos, que el señor Payne la espera abajo — ambas salimos de la habitación dejando a la señora y caminamos por un pasillo hasta llegar a un ascensor, este abre y luego entro, veo a Gloria, sí, a sí se llama rubia.

—¿Por qué no entras? —pregunto.

—Nosotros no tenemos permitido bajar ni subir por el ascensor—responde.

El castigo de Damiana👑✅(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora