6

467 42 0
                                    




NO LO QUERÍA EN MI HOGAR.
NO LO QUERÍA, Y MUCHO MENOS AHORA QUE SABÍA QUE TERMINARÍAMOS VIVIENDO JUNTOS.

Pero él insistió que no tenía otro lugar.

Lo que me importaba una mierda.

Pero no tenía la fuerza para sacarlo, y él sabía esto, sabía que al final su voluntad quedaría sobre la mía. Esto era apenas el principio de una cadena sinfín que me esperaba.

—Aquí está—anuncié, tirando la almohada y la sábana con furia en el suelo, en el rincón más alejado de mi cama que pude encontrar.

Él miró el desastre con el ceño fruncido.

—No es lo que acostumbro—comentó mordaz.

Obviamente no lo era. Al ser el Alpha de una manada importante tendría una gran mansión, viviría prácticamente como la realeza cuando no estaba en misiones.

Pero eso me importaba un comino.

—Pues es lo que hay—dije molesta—no pienso darte mi cama.

Él puso los ojos en blanco.

—¿Por qué no podemos compartirla? —preguntó mientras se dejaba caer en la "cama" improvisada—de todas formas, dormiremos juntos en poco tiempo.

Atrapé todo el aire que podían aguantar mis pulmones y me di la vuelta, no quería hablar con él, no quería hablar de eso.

Me metí a la cama con la misma ropa que traía, porque era imposible que me pusiera un pijama delicado durmiendo tan cerca de mi Alpha.

Sabía lo que nuestro lazo nos hacía, sabía que la mínima tentación podría arrancar en él un frenesí de emociones que ninguno de los dos podría controlar.

Me iba a marcar de todas formas, pero no quería adelantarme a eso.

Mi Alpha empezó a roncar suavemente después de un rato, pero yo no podía pegar ojo, todos mis sentidos estaban alerta.

Quería llorar, quería gritar, quería arrancarme la piel, huir, pero nada de eso serviría, lo único que haría sería condenar a mi hermana a vivir una vida horrible, una vida para la que no estaba lista todavía, con un hombre mucho mayor que ella.

No podía permitirlo, no podía abandonarla así.

Pero, de todas formas, dejar que me marcaran se sentía como una traición.

Si cerraba los ojos podía imaginarme la ceremonia, el gran banquete, el baile, el circulo contemplando la luna.

Y luego, la marca.

Para que un Alpha te marcara tenía que llevarte aparte y hacerlo contigo.

Me estremecí de solo pensarlo, de saber lo que eso significaría para mí, de pensar que tendría que acostarme con un hombre al que siempre había querido evitar.

Puse la almohada sobre mi rostro y esperé ahogarme milagrosamente.





Me levanté en piloto automático.

Lo poco que había dormido no había hecho más que confundir mi mente, hacerme olvidar momentáneamente donde estaba y con quien.

Por eso me desvestí hasta quedar en ropa interior y abrí la puerta del baño.

El grito que pegué si debió haber despertado a mis vecinos.

—¿Qué solo sabes gritar? —protestó mi Alpha con furia—juro que los omegas son lo más inútil que existe...

Yo no podía decir nada...
No podía hacer nada...excepto verlo.

Estaba en el baño y lo único que tenía puesto era su ropa interior.

true alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora