Hasta donde quiero llegar

Cap 29. Exilio inevitable

*Optimus*

Volvimos a la base, donde Smokescreen esperaba impaciente y ansioso. Se acercó alterado, exigiendo saber lo que había pasado. Cuando notó que el ambiente que trajimos con nosotros era pesado y deprimente, dejó de preguntar.

Me recibió curioso de saber, pensé que al encontrarme con él, me abalanzaría a envolverlo en mis brazos con la firmeza de querer protegerlo, pero al recordar lo que vi cuando estuve inconciente, en vez de eso, no me explico el por qué, simplemente no pude ni mirarlo.

Lo tenía justo en frente cuando le evité la mirada.

— Atiendan a Bulkhead y descansen.

>> Ratchet, ¿en dónde está Ultramagnus?

— En la parte de atrás, pero ¿vas a ir a verlo solo? Entonces alguien debería...

— Está bien, lo manejaré. Es vital que recuperen energías— Me marché en soledad dejando a mi equipo atrás. Eché un último vistazo hacia atrás, más concretamente, a Smokescreen que lucía desconcertado y preocupado por mi actitud cortante.

Nuestros ópticos conectaron por casualidad; y, por segunda vez, desvíe mi mirada de la suya.

En mi travesía, decidí perderme en mis propios pensamientos, procesando todo lo acontecido.

Incontables vidas humanas perecieron, el daño a la ciudad fue tan nefasto que literalmente fue borrada de la faz de la Tierra. Y nosotros, yo por sobretodo, no pude impedirlo ni minimizar lo que ocurrió.

Nuestros amigos, esos niños...

¿Cuanto tiempo habrá pasado desde la última vez que me sentí tan devastado?

Llegué a la instalación de aislamiento. Entré y cerré la compuerta, permaneciendo en la entrada, contemplando a mi comandante reposando en la losa que por el ruido, despertaba lentamente de la inconciencia.

— ¿Cómo te sientes?— Le pregunté con cautela capturando su atención en la distancia.

— ¿Optimus? ¿Es usted? — Me miró con sigilo desde su lugar de reposo; cuando reiteró que era yo realmente, se levantó quedando sentado.

— ¿Aun duele?— Pregunté refiriendome a su nueva prótesis. Él la miró, decaído.

— Ya estoy mejor; por el contrario, usted luce como si hubiera pasado por un momento difícil, ¿qué sucede?— No respondí de inmediato.

Me acerqué llegando a su lado.

— Tuvimos un encuentro con Némesis— Pronunciar ese nombre, provocó una transformación en la expresión del comandante, probablemente recordando sus propias anécdotas de guerra contra él.

— ¿Qué pasó? — Bajó su mirada, haciendo sus manos un puño, disimulando su rabia. Sentí que fue más que nada para evitar mirarme.

No puedo culparlo.

Le conté todo con lujo de detalle, mientras se dedicó a escuchar sin interrupciones ni cambiar su neutra expresión.

— Necesitamos tu ayuda, Ultramagnus. Con tu experiencia y la información que poses acerca de él, podemos prepararnos para combatirlo— Guardó silencio, de una forma que me transmitía dudas.

— Viaje por el espacio buscándolo, suplicando su ayuda, pero si le soy sincero, en el fondo, no estoy seguro de que podamos ganar, no esta vez. No podríamos ni mantenerle el ritmo como contra Megatron, que por cierto, sigue siendo un problema si anda por ahí— Mi chispa se me comprimió en el pecho por su última mención. Aún no asimilaba lo que le había ocurrido a Megatron, hasta ahora, no había tenido tiempo para ello.