Capítulo 5

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-Otra vez... Gracias por ayudarme -hablé al salir de la tienda con las bolsas.

-No fue nada -Hinata sonríe.

-Debo irme. Adiós.

-N..Nos vemos.

Me di vuelta dándoles la espalda y caminé hacia el departamento que ahora será mi casa. Entré y acomodé las cosas nuevas, había comprado comida por lo que la dejé en la cocina.

-Au...

Sentí un piquete en mi brazo herido por lo que lo agarré con dolor. Escuché que tocaban a la puerta así que, aún agarrando mi brazo, fui a abrir y vi a un hombre peliplata que tenía un tapabocas y el protector ninja de la aldea cubría uno de sus ojos.

-Hola -parece sonreír bajo la máscara-. Eres Egami ______ ¿No? -asentí confundida y nerviosa-. Bien, pues yo soy Hatake Kakashi, el Tercer Hokage me pidió que viera por ti y como estás.

Me agarré un poco más fuerte el brazo al sentir otra punzada en este y traté de disimular la mueca de dolor pero noté que se había dado cuenta ya que vio hacia mi brazo sorprendido y se agachó hasta mi altura.

-¿Qué te sucedió? -preguntó refiriéndose a mi brazo.

Negué con la cabeza ya que no quería contarlo y él suspira.

-Bien, si no quieres decirme no te insistiré -se levanta de nuevo sonriendo-. Pero será mejor ver esa herida, así que te llevaré al hospital.

-N..No es nada... en serio -hablé agachando la mirada.

-Ah, puedes hablar.... creí que eras muda, o algo así -menciona consiguiendo hacer que me ría un poco- ¿No quieres ir al hospital?

Negué haciendo una mueca.

-Entonces, si quieres, yo puedo ver tu herida.

Me lo pensé un poco y terminé asintiendo y haciéndome a un lado para que pasara. Cerré la puerta tras él y ambos fuimos a la sala donde me senté y él fue a buscar vendas y cosas para curar mi herida. Le dije que estaba en el baño y él fue allí.

-Muy bien, veamos... -quité mi mano de en medio y él comenzó a desvendarme- ¿De hace cuánto es esto?

-Creo que... de hace cuatro días, no estoy segura -respondí.

Asintió. Termina de quitar el vendaje, que se había comenzado a pegar por la herida y eso dolió.

-A..Au... D..Duele.

Se detuvo un momento y esperó a que el dolor pasara para luego quitarla.

-Huh... ¿estuviste en una batalla o que sucedió? -pregunta pero supe que lo hacía de manera retórica.

Agaché la cabeza recordando el momento. Él agarró un paño húmedo y limpió un poco la superficie de la herida. Me puso un remedio y luego volvió a vendarme la herida de nuevo.

-Ya está -responde alejándose un poco.

Yo me miré la nueva venda y luego a él pero agaché la cabeza en agradecimiento y vergüenza a la vez.

-Gracias...

-No es nada.

Se levanta y guarda todo lo que usó. Yo no paraba de mirar y preguntarme el porqué se tapa un ojo con su protector ninja.

-Um... eh...

Me quedé callada cuando me miró pero no pude evitar mirar su ojo cubierto para luego agachar de nuevo la mirada.

-¿Hm? Te preguntas porqué me tapo un ojo ¿No?

Me sonrojé por la pena pero asentí admitiendo que era tal y como él decía.

-Pues... así como tú tienes heridas secretas, yo tengo las mías.

¡Jo~...! Ahora tengo mucha curiosidad... supongo que así se siente. En serio, en serio quiero saber ahora lo suyo.

-Hagamos algo... -se agacha hasta estar a mi altura-. Te muestro y te cuento lo de mi ojo, si tú me cuentas lo de tu brazo, si no quieres no molestaré con el tema.

Lo pensé un momento quedando en silencio pero terminé asintiendo. Era justo.

-Yo... cuando vivía en Suna... tenía un amigo, era muy bueno conmigo y creí que seríamos amigos para siempre... -apreté mis manos en mis muslos y fruncí los labios-. Pero en la noche que preparé mis cosas para venir... fui a despedirme de él pero comenzó a gritar, a decir que ni yo ni nadie lo quería y me atacó...

-¿Él te hizo esa herida entonces? -asentí-. Hm, ya veo... bueno, ¿No sabes por qué se puso así?

Negué. Se cruza de brazos pensativo por lo que acabo de contar pero suspira.

-Bueno, mi turno -se lleva la mano al protector y yo me estaba por comer las uñas de la curiosidad pero se detiene-. Acabo de recordar que el Hokage-sama me mandó a hacer algo justo ahora, nos vemos.

Se acerca a la ventana para irse. Yo me quedé sorprendida, parpadeé varias veces antes de reaccionar.

-¡Oiga! ¡Yo le conté lo mío!

Salta por la ventana pero se queda parado sobre un poste de luz.

-¿Y qué aprendimos? A no confiar de más en los recién conocidos.

-Hm... -me crucé de brazos. Él me sonríe por debajo de la máscara.

-No te preocupes, niña. No le diré a nadie -asegura-. Volveré a visitarte y ver como va tu herida, adiós.

Desaparece en cuestión de segundos y yo me di la vuelta maldiciendo. Pero una sonrisa se asoma en mi rostro y me comencé a reír. Me fui a acostar en la cama ya que estaba cansada. Pero al darme la vuelta sobre esta me fijé en el cajón donde estaba la botella con la flor de arena.

Suspiré y llevé mi mano hacia allí pero me detuve al estar por tomar la manilla, al final solo dejé caer mi brazo y me giré de nuevo.

-Mapache idiota.

MI FLOR DE ARENA || Sabaku No Gaara y tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora