El tiempo pasa luego de la reunión de los cinco Kages y la advertencia de Madara. Las preparaciones siguen y nos avisaron de que el Hachibi, Killer B, y Naruto estaban en una isla, o mejor dicho tortuga gigante para ocultarlos de la Guerra.
Todos teníamos las bandas de la Alianza Shinobi y estábamos frente a las Divisiones. Yo estaba junto a Gaara, quien era el comandante general de la Alianza, y el que lideraba la Cuarta División. Vi que algunos ninjas de diferentes aldeas comenzaban a pelearse y luego casi todos lo hacían.
Suspiré y junto a Gaara levanté un pilar de cristal y él de arena para llamar la atención de todos y luego mi cristal se hizo escarcha y la arena de Gaara cae de nuevo al suelo.
-A través de las guerras anteriores, los shinobis nos hemos odiado y lastimado mutuamente por un largo tiempo-empieza Gaara-. Y como producto de ese odio que surgió por la búsqueda de poder, nací yo.
Tomé su mano en silencio y entrelacé nuestros dedos.
-En el pasado representaba el odio, el poder y también fui un Jinchuriki. Odié a los humanos y pensé en destruirlos-me miró-. Hasta llegué a lastimar a personas muy importantes para mí.
Miró mi cicatriz del brazo pero yo le di un pequeño apretón en la mano y le sonreí.
-Es lo mismo que Akatsuki está tratando de hacer -vuelve a mirar a los shinobis de la Alianza- ¡Pero dos únicos ninjas me detuvieron! -cierra un momento sus ojos y luego suelta mi mano para levantarlas frente a él- ¡Derramaron sus lágrimas por mí, aún siendo su enemigo! Uno de ellos dijo que era mi amigo y la otra que aún me quería a pesar de que los lastimé.
Yo me crucé de brazos agachando mi cabeza y cerrando los ojos mientras solo escuchaba.
-¡Ellos me salvaron! ¡Aunque éramos enemigos, uno era Jinchuriki igual que yo! Entre aquellos que comprenden mutuamente el sufrimiento ¡No hay rencor! ¡Aquí no hay enemigos! ¡Ya que todos tienen el dolor de haber sido lastimados por Akatsuki! No hay Arena. No hay rocas... No hay hojas. No hay neblina, tampoco hay nubes, solo y únicamente hay ¡Shinobi!
Sonreí orgullosa de Gaara y vi las reacciones de los demás.
-¡Si aún así no pueden perdonar a los de Suna, corten mi cabeza después de la Guerra!
Sí claro, como si yo fuera a permitirlo...
-El enemigo pretende capturar a uno de los amigos que salvó mi vida. ¡Y si se apodera de él, será el fin del mundo! Quiero proteger a mi amigo ¡Quiero proteger a este mundo! ¡Soy muy joven para proteger a este mundo! Por eso... necesito que todos me ayuden.
Todos los Shinobis comenzaron a gritar apoyándolo. Algunos hasta comenzaron a disculparse con los que peleaban. Gaara da unos pequeños pasos al frente y abre los brazos.
-¡El que esté de acuerdo, que me siga!
Todos vitorean a Gaara y yo lo abracé fingiendo que lo tiraría como broma.
-Te seguiré hasta el fin del mundo, mapache.
Sonreí consiguiendo que me devolviera aquella sonrisa. Lo tomé del rostro, con mi mano en su mejilla para girar su cabeza y besarlo. Gaara me corresponde al asistente acariciando mi mano en su mejilla hasta separarnos.
-Bueno, me voy con el cuerpo médico, espero no verte por allí necesitando atención de urgencia -mencioné despidiéndome y salté del balcón.
Me encontré con la división del cuerpo médico que resguardaba la división de Gaara. Yo era la que comandaba aquel grupo médico. Todos comenzamos a correr para ir a nuestras zonas.
Creé un dragón pequeño de cristal y lo mandé hasta Gaara por si algo pasara. A los segundos llegó hasta mí un halcón de arena y se posó en mi hombro. Sonreí y seguí corriendo.
Llegamos hasta la zona donde armaríamos el campamento. Pusimos las carpas y guardamos las medicinas, preparando las camillas y demás. El halcón de Gaara se quedó cerca de mí pero sin molestar.
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MI FLOR DE ARENA || Sabaku No Gaara y tú ||
Fiksi PenggemarDesde pequeños ella amaba jugar con el niño pelirrojo al que todos temían en Sunagakure. Pero ella no, ya que lo consideraba su amigo o tal vez, en unos años, algo más... Pero todo se complica cuando su madre dice que deberán dejar Suna para ir a la...