Sasuke intentó usar su Amaterasu en Gaara pero su arena era más rápida. Me miró e intentó usarlo conmigo en su lugar pero la arena de Gaara igual me cubrió a mí evitandolo, Gaara me agarra de la cintura y me apega a él. Sasuke activa su Susanoo quien rompe el techo y los pedazos de este cayeron sobre nosotros.
Gaara vuelve usa su arena para cubrirnos y yo usé mi cristal para sujetarlo, lancé los trozos de piedra lejos de nosotros. Miré a Gaara y lo abracé.
-Hiciste lo que pudiste, pero Sasuke es más difícil de convencer...
Nos reunimos con el Raikage y fuimos de nuevo hasta donde hicimos la reunión. Allí nos encontramos con los demás y luego apareció un tipo enmascarado con Sasuke en su hombro. Éste se presenta como Uchiha Madara y dice algo sobre su proyecto Ojo de Luna. Él absorbe a Sasuke y a una pelirroja y estos desaparecen.
El extraño Madara comienza a hablar sobre que todos seríamos uno mismo y explica que necesitaría a los Bijuus para completar su proyecto.
Pensaba en revivir al Juubi que el Sabio de los Seis caminos dividió en los Bijuus y así convertirse en el nuevo Jinchuriki del Juubi y hacer el Mugen Tsukuyomi, que era un Gengutsu que se reflejaba en la luna para que todos los humanos cayeran en él.
-Un mundo sin odio, sin guerras. Todos seremos uno, todo será unificado.
-Una mentira -comenté.
-La paz que solo existirá como una ilusión es un engaño -me sigue Gaara-. La paz solo tiene sentido cuando es conseguida en el mundo real.
Los Kages estaban de acuerdo con Gaara de que era una mentira lo que el tal Madara decía. Madara comienza a decir que no lográbamos nada en esta reunión y que entregásemos a los Jinchurikis.
-No entregaremos a Uzumaki Naruto -responde Gaara.
-Te jodes, Naruto no irá contigo y no formará parte de tu estúpida mentira -me crucé de brazos con una sonrisa.
El Raikage afirma que no entregará a su hermano menor y Gaara dice que aún no hemos perdido la esperanza por lo que Madara declara el inicio de la Cuarta Gran Guerra Ninja y se va. Suspiré. Los Kages se ponen de acuerdo con que necesitaríamos una Alianza Ninja aunque no les agrade mucho la idea por sus problemas de aldeas pero terminan aceptándolo y deciden que el Raikage será quien la dirigirá.
La reunión termina y nosotros salimos del lugar. Yo andaba pensando en Naruto y que pasaría en la Guerra... Si Gaara... llegase a morir pero esta vez para siempre... yo...
Sentí una mano en mi hombro que me sobresalta pero al darme cuenta que se trataba de Gaara suspiré y me tranquilicé.
-Oye... ¿No querías comprar algo mientras estábamos aquí? -menciona haciéndome sonreír.
Yo me abracé a mí misma.
-Mis ánimos de comprar algo bajaron tan rápido como subieron.
-Si te preocupa lo de la Guerra... te aseguro que yo estaré contigo así que no te preocupes -me abraza cálidamente. Yo apoyé mi cabeza sobre su hombro.
-Nunca me hubiera imaginado que habría una guerra en nuestra generación...
-Ni yo, pero debemos afrontarlo.
-Sí...
Nos quedamos en un cuarto alquilado. Temari fue a otro mientras que Gaara y yo decidimos dormir juntos como ya estábamos acostumbrados, ya que era mejor para ambos. Me cambié y luego él. Nos acostamos en la cama y me acurruqué contra su cuerpo, Gaara me abrazó.
-Buenas noches, mapache.
-Buenas noches, ______.
Cerré los ojos y pasando un momento terminé quedandome dormida.
***
-¡Gaara! -lo llamaba pero nada -¡Gaara, ¿dónde estás?!
Silencio. Solo se escuchaba el silencio de la noche al que alumbraba la luna pero de un rojo intenso. Me hice a un lado esquivando un kunai y preparé mis dagas de cristal.
-¡¿Quién eres?! -exigí saber mientras miraba a todos lados, pero nada.
Otros kunais aparecieron pero las esquivaba o detenía con mi cristal. Sentí un pinchazo en la pierna que me hizo caer y me quité el kunai. Miré arriba en el momento en que apareció una lluvia de kunais y shurikens. Cuando intenté crear un campo de protección con mi cristal, este se rompió al instante.
-¿Qué...? -murmuré.
Cerré los ojos esperando el golpe de los kunais y shurikens pero cuando éste nunca llega abrí de nuevo los ojos y vi arena cubriéndome.
-¡Gaara! -miré hacia arriba sonriendo pero mi sonrisa se borra al instante.
Gaara cae sobre mí, cansado y cubierto de sangre, tosió pero lo hizo soltando sangre.
-G..Gaara... Mapache espera, te ayudaré... s..solo... aguanta... -comencé a usar mi ninjutsu médico sobre él, pero este flaquea y no me permite usarlo- ¿Q..Qué pasa...? ¿Por qué no puedo...?
Escuché unos pasos acercándose a nosotros, levanté la vista para luego ver a Madara frente a mí.
-No puedes salvarlo, eres completamente inútil como en aquel día en que tu madre murió.
-Cállate... -murmuré y seguí intentando hacer que mi ninjutsu médico funcione.
La mano de Gaara se posa en mi mejilla sin importar que la manchara de sangre.
-______... Te amo.
Vi como la imagen de Gaara se volvía la de mi madre. Ambos me sonreían mientras morían y yo no podía hacer nada para evitarlo.
-E..Espera... sí p..puedo hacer algo... -seguí intentado.
-Eres inútil -habla Madara y atrás suyo aparecen todos los Bijuus. Miré a un lado y vi a Naruto en el suelo...
-Naruto...
Vi al otro lado y noté a los Kages y Kakashi en el mismo estado que Gaara. Apreté mis dientes pero no pude retener las lágrimas, abracé a Gaara, quien ya había cerrado sus ojos.
Grité desahogándome pero no podía parar, aún sentía un dolor en el pecho que se intensificaba cada vez. Luego vi como los Bijuus creaban bijuudamas gigantes y las lanzaban en mi dirección.
***
Me levanté de golpe con la respiración agitada, pero al instante sentí una mano apoyarse en mi hombro.
-¿Qué sucede? -Gaara me mira preocupado.
Yo lo veía aún jadeando del miedo por aquella pesadilla hasta que suspiré y me pase la mano por el rostro.
-Nada, yo... solo tuve un mal sueño, no te preocupes.
Acabo de enterarme de esta guerra y ya tuve una pesadilla... que rápido actúa mi cerebro para hacerme llorar. Gaara me abraza y me recuesta de nuevo. Me da un beso pequeño en los labios y me abraza atrayendome a él. Me aferré a su cuerpo e intenté volver a dormir.
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MI FLOR DE ARENA || Sabaku No Gaara y tú ||
FanfictionDesde pequeños ella amaba jugar con el niño pelirrojo al que todos temían en Sunagakure. Pero ella no, ya que lo consideraba su amigo o tal vez, en unos años, algo más... Pero todo se complica cuando su madre dice que deberán dejar Suna para ir a la...