A pesar de haberle dado una armadura, me puse frente a él y creé un escudo de cristal que detuvo el agua que uno de los ninjas había lanzado. Cuando el chorro de agua desaparece rápidamente una bola de fuego y un puño de tierra impactan contra mi escudo, no tuve la fuerza suficiente para detener el impacto así que el cristal se rompió en pedazos, pero la arena de Gaara me cubrió al instante evitando los ataques.
Uno de los ninjas lanza kunais e hilos hacia Gaara pero su arena lo protege sin que él tuviera que mover un simple dedo. Por el anterior impacto había caído al suelo, pero su arena ahora me estaba atrayendo a su lado. Miraba a mi alrededor como Gaara podía atacar y defendernos a ambos de aquellos ninjas.
Pero el agua seguía siendo un problema. Hice una mueca con los labios y me levanté con esfuerzo, vi que los ninjas que manejaban el agua se acercaban.
-Shoton: Suishō do -las dagas se crean en mis brazos y antes de que los ninjas se acercaran yo los detuve y los alejé.
Gaara me mira y de igual forma se concentra en los enemigos. Bloqueé los ataques de los ninjas pero sabía que las dagas de mis brazos no durarían mucho más. Sentí un golpe en mi espalda que me hizo caer de rodillas pero me di la vuelta y bloqueé el kunai con las dagas de mis brazos.
Miré hacia Gaara quien se cubría con su arena la cual tenía algunas zonas mojadas pero seguía atacando a los ninjas. Pateé al ninja que estaba sobre mí y fui a ayudar a Gaara. No alcancé a acercarme mucho más cuando sentí una mano agarrar mi nuca y luego otras en mis manos que me tiraban de rodillas al suelo y me dejaban inmóvil.
-Ya basta, ríndete o sino... -vi como todos los ninjas que manejaban el elemento agua rodearon a Gaara.
Apreté los dientes y creé una aguja de cristal en mi mano derecha, se la clavé en la pierna consiguiendo que me soltara; al instante hice sellos de una mano y la levanté sobre mi cabeza.
-Aún no termina... -respondí-. Kesshō Kyodai Rokkaku Shuriken.
Ellos me sueltan por completo y se alejan cuando una gigantesca shuriken de seis picos de cristal se crea en mi mano levantada. Corrí hacia Gaara y nos cubrí a ambos en cristal.
-Lamento que esto pasara... -murmuré abrazándolo.
-No es tu culpa... ______ -me corresponde el abrazo abraza y me deja contra su pecho.
-Ellos me buscan a mí, así que... -no tarda en interrumpirme.
-Eso no importa. Que ellos te busquen no quiere decir que sea tu culpa.
Cuando quité la cápsula de cristal alrededor de nosotros. Vimos a los ninjas en el suelo. Nos levantamos del suelo suspirando profundo.
-¿Vamos a casa? -pregunté sonriendo.
-Vamos -me sonríe de vuelta.
La armadura de cristal de Gaara se hace escarcha y comenzamos a caminar de vuelta a la Aldea. Pero no todo iba a ser muy fácil... Me detuve de golpe al igual que Gaara. Lo empujé en el momento en que una mano de piedra aparece por debajo y me atrapa hasta apretar tanto mi cuerpo que escupí sangre.
-¡_______!
Gaara no consigue ayudarme cuando lo encierran en una prisión de agua.
-¡Gaara! -grité.
¡¿Cuánta agua pueden sacar de sus cuerpos?! El de Gaara comienza a verse como barro, ni siquiera podía moverse bien. Intenté liberar un brazo pero me era imposible.
-¿Creíste que lograrias irte tan fácil? -el hombre que lideraba este grupo aparace frente a mí agarrando mi barbilla y consiguiendo que lo vea-. No somos tan fáciles como los anteriores fracasos.
La arena de Gaara aparece entre ambos, atrapando el brazo de el hombre que sujetaba mi barbilla y se lo parte al instante. El hombre grita de dolor, intenta deshacerse de la arena pero esta no lo soltaba por lo que el hombre, decide arrancarse aquel brazo para soltarse.
-¡Maldito bastardo...! -grita rl hombre mirando hacia Gaara.
-No vuelvas a intentar tocarla -habla Gaara apretando los dientes.
Pero al instante los ninjas de agua lo atacan y lo dejan inconsciente en el suelo. Apreté mi mano en un puño e hice crecer una barra de cristal que separó de golpe el puño de tierra y caí de pie en el suelo. Levanté una mano y mandé una señal de alerta a la aldea, corrí esquivando a los demás y llegando hasta Gaara para cubrirlo en una cápsula.
-Kami no hogo gijutsu (Técnica de protección divina) -puse una mano sobre el cristal- ¡Agh...!
Sentí un gran golpe en mi nuca que me hizo caer de rodillas, apoyándome contra el cristal que encerraba a Gaara.
-Gaara... lo siento... -murmuré mirándolo a través de este y sentí una lágrima caer por mi mejilla.
Mi vista comenzó a nublarse y sentí como me atrapaban con tierra alrededor de mi cuerpo.
-¡Señor, tenemos problemas!
-¿Qué pasa ahora? ¿La Aldea de la arena?
-¡No! ¡Es Egami Jin! ¡La ha encontrado!
-¡¿Qué?!
¿Egami... Jin...? Intenté con todas mis fuerzas abrir los ojos y levantarme pero apenas podía ver. Aunque pude notar a muchos ninjas diferentes a estos enemigos.
Un momento... esa ropa... es parecida a la que usaban esos ninjas de la otra vez, cuando fui emboscada en la misión del pergamino.
Entonces... ellos...
-Ngh... mierda... -intenté levantarme aunque mi cuerpo doliera, mi brazo quemado ardía y temblaba.
Pronto se hizo una batalla entre ambos bandos, algunos enemigos intentaban llegar hasta mí para llevarme y tomar ventaja pero los recién llegados no se los permitieron.
-¡Hm! -sentí entonces cuando un enemigo consiguió llegar hasta mí y cargarme en su hombro para salir huyendo.
-¡Mi señora! ¡Se la llevan! -escuché de una mujer.
Levanté la cabeza para ver al hombre que me sujetaba en su hombro, creé una aguja de cristal y atravesé su cabeza con esta. Caímos al suelo y rodé por la arena al no poder detenerme bien. Tosí un poco, pero otro llega hasta mí, iba a usar mi poder con él también, hasta que un pico de cristal... rojo... lo atraviesa por el pecho.
¿Qué?
El cuerpo cae al suelo y una mujer con telas cubriendo su rostro a excepción de su cuerpo se acerca a mí. Apoya su mano en mi hombro, sentí con extrañeza como su tacto me era conocido.
-Al fin... te he encontrado.
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MI FLOR DE ARENA || Sabaku No Gaara y tú ||
Hayran KurguDesde pequeños ella amaba jugar con el niño pelirrojo al que todos temían en Sunagakure. Pero ella no, ya que lo consideraba su amigo o tal vez, en unos años, algo más... Pero todo se complica cuando su madre dice que deberán dejar Suna para ir a la...