Capítulo 31

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Tell me, are we wasting time?

Talking on a broken lie

Telling you I haven’t seen your face in ages

I feel like we’re as close as strangers

 

Las chicas comenzaron a bailar. Me repugnaban, cosa que tiene poco sentido, ya que yo solía vestirme como una zorra, y hacía ese tipo de bailes. Aunque no con un grupo, borracha y con un poco más de ropa.

-Yo me voy –Dijo Beau levantándose.

-Sí, también yo –Dije. No había bebido y Beau tampoco. Bien podríamos usar su auto. Ashton estaba embobado con las bailarinas.

-¿Tan pronto, Alex? –Preguntó Michael –Vamos, un rato más.

-No, gracias –Dije dando una falsa sonrisa y mirando con asco a las strippers.

-¿Es por ellas? Solo se quedan un rato, pueden ir arriba o algo. Por favor quédate –Me miró suplicante. ¿A él qué le importaba si yo me quedaba o no?

-Mike, de verdad que no quiero. Además tengo que estudiar y…

-¿Desde cuándo te preocupa eso? –Touche, ¿no se me podía haber ocurrido una excusa mejor? Joder.

-Desde que se le ocurrió ser mi compañera en el proyecto del profesor Hoffman –Respondió Beau. Gracias pensé.

-Oh –Fue lo único que pudo articular Mike –Nos vemos, Alex –Me dedicó una sonrisa y se volvió a las bailarinas, que estaban sacudiendo sus enormes y plásticos traseros sobre los chicos. Ugh.

-¿Vienes, Ashton? –Pregunté tocándole el hombro bruscamente. Olvidé mencionar que una de las strippers le bailaba a él.

-Eh… yo… pensaba quedarme un poco más –Respondió él aparentemente disfrutando del momento.

Sentí mi sangre hirviendo. Me molestaba, y mucho.

-Oye, relájate, chica –Me dijo la bailarina con una sonrisa y me guiñó el ojo, para luego apretarse fuerte contra Ashton. Apreté los puños.

-Alex, no lo vale –Me dijo Beau tomando mi mano.

Salimos al estacionamiento y subimos al auto de Beau. Ahí fue cuando permití que las lágrimas salieran.

Narra Beau

Se largó a llorar. ¿Qué carajos se hace cuando una chica se larga a llorar? No sabía qué hacer. Joder, chicas con sentimientos.

-Alex –Comencé a frotar su espalda –Está bien, no pasa nada.

-Es que él y yo y… no sé luego… y esa jodida perra… -No entendí nada de lo que decía. Se sorbió la nariz.

-Ya, vamos a dormir, mañana se te pasará…

-¡NECESITO UNA AMIGA! –Gritó de la nada, sorprendiéndome.

Era verdad, necesitaba una amiga. Alguien a quien contarle ese tipo de cosas que las chicas se cuentan entre ellas, alguien que le prestara su hombro para llorar (no es que yo no lo hiciera, es que no es lo mismo, creo), alguien que tuviera los mismos sentimientos que ella y pudiera apoyarla y darle consejos.

Conduje todo el camino hacia Oxford. Los llantos de Alex pronto pasaron a ser sollozos hasta desaparecer por completo. Aparqué y bajamos. Entramos al apartamento, me deseó las buenas noches y se metió en su habitación.

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