Capítulo 35 . Dispersos.

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Transcurrió como en sueños la reunión.

Como desconectado, como en sueños transcurrió TipoTaniye por la reunión.

Acudió a la reunión tan temida.  Explicó con vehemencia su posición. No hubo dudas en él. Estaba firmemente convencido de que si se quedaban, morirían todos.  Quería que su estirpe continuara sobre la tierra. No era un cobarde. No eran cobardes quienes le siguieran.

Avancari no atacó ni a TipoTaniye ni siquiera sus argumentos.  TipoTaniye se sorprendió de cuánto había madurado en tan poco tiempo.  El joven cacique simplemente dijo que mientras hubiera una posibilidad, y mientras hubiera un guerrero chorotega para defender el pueblo, debía intentarse. Se lo debían a su tío, y a todos sus antepasados antes de él.

Los jefes de cada familia eran ahora quienes debían decidir, y se retiraron taciturnos de la reunión, sin apenas preguntar, objetar o preguntar algo.  Las opciones les fueron planteadas sin miramientos. TipoTaniye dijo que no más de dos lunas estarían él y quienes le siguieran en el pueblo.

Se dirigía ya a la tipoya cuando su mirada se topó con otros ojos que le miraban.  Era Nandayure, y no vio decisión en aquellos ojos. Se acercó a la muchacha, mientras Tosteye seguía de largo.

¿ Qué harás ? – preguntó TipoTaniye.

No lo sé – contestó la muchacha, suspirando.  Tenía una mirada extraña y TipoTaniye no supo cómo interpretarla.

TipoTaniye asintió, miró al cielo, y agregó : Ya todo está dicho, entenderé la decisión que tomes.

Los siguientes días fueron de preparativos, el pueblo se había divido en dos, un grupo, afinaba las armas que conservaban en la armería y entrenaba.

El otro grupo, decidía qué llevar a un viaje sin regreso.  Además de los más básico, transportarían muchas semillas de cacao y algunas pequeñas pero valiosas artesanías en oro, que les permitiría establecerse en un destino que desconocían.  Hasta en eso estaban confiando en su líder religioso, era un secreto a dónde se dirigían.

Los jefes de familia habían tenido que efectuar decisiones especialmente difíciles cuando algunos querían quedarse a luchar, pero no querían exponer a sus mujeres e hijos. Algunos habían resuelto irse, y otros enviar a sus familias solas al viaje, con la promesa de re-encontrarse cuando lograran defender exitosamente el pueblo. Sin embargo la despedida tenía sabor a adiós.

TipoTaniye trabajaba diligentemente, manteniéndose ocupado evitaba deprimirse, además tuvo una pequeña alegría al ver cómo Nandayure empezaba a preparar sus cosas para el viaje.

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