Capítulo 24 . El rey ha muerto, viva el rey.

34 1 0
                                    

24

“Son los cobardes los únicos que en la refriega retroceden. El valiente, por el contrario, lucha a pie firme, ya hiera o ya sea herido." – La Ilíada

Empezaba la tarde, y refrescaba un poco el agobiante calor.

Refrescaba un poco, tras días de calor agobiante, y como cada tarde los últimos dos meses, el coro de pájaros se afanaba rogando a Ngumuy Nequepio por lluvia. Pero sus súplicas no son respondidas. En ciclos que ya han podido determinar, el clima sufre alteraciones y cada 9 años se tienen un calor que se extiende más allá del verano y la lluvia tarda en llegar.  Y luego, otros, también cada 9 años, donde las lluvias son demasiado fuertes y se producen inundaciones.

Ante la fuerte disminución en la cosecha era necesario tener una estrategia. En el caso del pueblo de la Gran Tiri, ese año se comerciaba más, bienes e incluso alimentos excedentes habían sido almacenados para trocarlos por reservas frescas.  Misiones comerciales se desplegaban hacia diversos puntos del imperio. La obsidiana trabajada por ellos era famosa y apreciada, así como algunas de sus artesanías en piedra u oro.

Aunque existía un grupo especializado en el comercio, en ocasiones en que la misión era muy importante, el mismo Cacique viajaba.  Y fue así como una misión formada por 15 cargadores ( se alternaban la tarea en turnos de 10 ), dos negociantes, una escolta de 5 guerreros y el Cacique en persona salieron a realizar un importante intercambio.   Avancari dirigía el grupo de escolta y su tío quería aprovechar para que aprendiera también las artes de la negociación.

Ya existían conversaciones previas entre las partes, y por eso la mercadería se llevaba en la misión. El acuerdo previo incluyó la entrega en el sitio, donde se estaba asumiendo un riesgo extra, sin embargo, a pesar de la insistencia de TipoTaniye en anunciar el pronto y temido desenlace, ciertamente hacía más de un año disfrutaban de mucha paz y tranquilidad. Tras 2 días de camino llegaron al pueblo térraba, donde no habían sufrido los embates de la sequía, de forma que ofrecían maíz, carne seca y frijoles por las artesanías chorotegas.  La noche trajo un banquete improvisado donde se compartieron noticias, y hasta se intercambiaron conocimientos y anécdotas.  Además se terminaron de afinar los detalles exactos del trato, Avancari advirtió como su tío dejó llevar el fuerte de la negociación a los comerciantes y sólo intervino en momentos claves, logrando finalmente un resultado que llegó casi a la máxima expectativa.

Al día siguiente, con la nueva carga traían además a un muchacho de la tribu hermana, el cuál viviría por 1 año con ellos, ya que deseaba aprender algunos secretos del trabajo del oro, servicio de instrucción que fue parte de la negociación.

La primera noche hicieron campamento a orillas de un caudaloso río, y aunque en aquel momento su corriente no era la de siempre, sirvió para su propósito. El Cacique se entretuvo hasta tarde conversando con Avancari. Hizo énfasis en los mismos consejos del último año.

Avancari, tú eres valiente, eres fuerte, eres decidido, me has hecho sentir muy orgulloso, muchas veces – dijo en un momento el viejo Cacique. Pero aún debes aprender a dominar más tu carácter, hay momentos donde debemos meditar mucho antes de actuar.  Además de un guerrero debes ser un líder, me dirás que ya lo eres, pero es así con la gente joven de tus escuadrones. Los más experimentados del pueblo no te respetan aún lo suficiente, porque ven cómo a veces te precipitas en tu ira, o antepones el orgullo al bien común de toda la tribu.

¿ El bien de la tribu no incluye que seamos respetados por todos y además temidos por nuestros enemigos ? – preguntó Avancari.

Sabes que sí, pero no es lo único – respondió pacientemente el Cacique, que últimamente había optado por tratar de armarse de toda la paciencia posible, en un intento por inculcar esa misma virtud en su sobrino.

Amos de EsferasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora