Parte veinticinco

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Comencé a caminar un poco más rápido, mientras sujetaba las bolsas de comida con toda mi fuerza, ahora podría esperar el interrogatorio por parte de mis amigos. Evan me miraba con una sonrisa dulce.

—¿Que estas haciendo aquí? — Evan arqueó las cejas pero su extensión cambió, cuando escuché los pasos de Elena y Sam aún más cerca.

—¿Se puede saber que hace aquí? — algún día le preguntaría a Sam por que odiaba tanto a Evan, Elena golpeó su brazo y negó con la cabeza.

—Evan que sorpresa verte aquí, Charlie no nos dijo que vendrías, abríamos comprado más comida.

—No se preocupe solo vine a despedirme.

Mi corazón latió con fuerza cuando escuché esas palabras, volví a mirarlo asustada pero él comprendió mi preocupación.

—Estaré fuera del país, es un viaje de negocios.

Suspire con alivio.

—Los dejaremos solos — Elena se acercó para tomar las bolsas que sostenía — fue un gusto verte.

Evan asintió con la cabeza sin decir nada, ambos entraron a mi casa sin dejar de mirarnos, incluso cuando la puerta se cerró, no pude evitar tener la sensación de que nos estaban observando.

—¿Te gustaría ir a caminar?

Caminamos muy cerca del otro, pero jamás sujetando nuestras manos, de pronto recordé aquella pareja en el parque, debo confesar que me sentía un poco celosa de ellos, pero por mas celosa que me sintiera en este momento, no pensaba apresurar las cosas, menos cuando no sabía que significaba esto. Sin darme cuenta conduje nuestra caminata hasta un pequeño parque, que había en nuestro barrio, aunque ya no habían niños pequeños que jugaran en el, él dueño se rehusaba a cerrarlo, en mi caso cada tanto cuando me bloqueaba a la hora de escribir, sola caminar hasta ese pequeño parque, me sentaba en los columpios hasta poder aclarar mis pensamientos, a veces me tomaba solo un par de minutos, otras veces había pasado columpiándome por horas, hasta que estuviera lista para sentarme frente a la pantalla, siempre acompañaba mi espera con una bebida de la tienda de al frente, le dije a Evan que me esperara en ese lugar, crucé corriendo la calle hasta la tienda, tomé dos bebidas y dos chocolates, aunque al final tuve que dejar un chocolate, no llevaba mucho dinero sobre mis bolsillos. Volví hasta el parque donde Evan me seguía esperando, él guardó su celular cuando comencé a acercarme, me adelanté para tomar mi columpio favorito, moví la cabeza para que Evan me seguiría, él se sentó en el columpio junto a mi. Saque la bebida de la bolsa y se la tendí, comencé a beber la mía que era de sabor vainilla.

—¿En verdad vas a viajar?

—Fue muy apresurado casi de emergencia, me iré mañana por la mañana.

—¿Mañana? — dije levantando la voz, al darme cuenta volví rápidamente a mi bebida.

—Si, es solo por dos días pero no quería irme sin verte primero.

Dejé mi bebida en el suelo y pase mi cabello detrás de mis orejas, sentí como mis mejillas se ponían rojas otra vez, así que volví mi rostro en la dirección contraria, Elena tenía razón, era una persona bastante sensible, lloraba con canciones y finales de series, pero porque sabía que esas cosas no cruzaban la pantalla, se quedaban allí sin cruzar al mundo real, pero cada vez que Evan era dulce, o infantil no podía evitar morder mis labios para no sonreír, eran  las cosas más sencillas me encantaban de él.
Sentí dos manos sobre el columpio, cuando levanté la mirada él estaba frente a mi, tuve que lanzar mi cabeza hacia atrás para poder verlo a los ojos.

—¿Podrás sobrevivir dos días sin mi? — nada en este mundo podría arruinar lo que estaba sintiendo, ni siquiera su broma.

—Creo que si, ademas yo también viajaré el fin de semana.

Eres tú otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora