Parte cuarenta y dos

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El corazón estaba apunto de salirse de mi pecho, había corrido por casi toda la ciudad sin detenerme, no había sido capaz de coger un poco de aire hasta ahora, en medio del sol abrazador, pero no podía detenerme en especial ahora que ella me necesitaba, mire. todas partes en busca de ella mientras estaba completamente rodeada de personas en una ciudad inmensa, buscando alguna seña que me ayudara a conocer su paradero, pero no podía concentrarme no con tantas personas iguales, la maldita cabeza me daba vueltas,lo único en lo que pensaba era que  no podía permitir que algo le pasara, en especial cuando todo esto era mi culpa, me estaba quemando la garganta al retener mis gritos de ayuda, pero esa había sido la primer advertencia, si algún día quería volver a verla con vida, debía permanecer callada y no buscar ayuda. No lograba entender como todo había pasado tan rápido, creí que estaría bien y que una vez la historia pública no tendría que preocuparme de nada, pero estaba totalmente equivocada al respecto, de pronto las palabras que me había dedicado anoche resonaron en mi cabeza, en verdad no tenía idea de lo que era capaz y esto era una muestra de su promesa, sabía que perdería mi carrera pero no me importaba, creí que él se estaba refiriéndose a eso, pero jamás cruzó por mi mente que algo así podría pasar, "date por muerta". Busque mi celular cuando esté comenzó a vibrar, eran mis padres que debían de estar afuera en casa, de seguro llamaron a la puerta y estaban preocupados de que yo no estuviera ahí, pronto los agentes también se darían cuenta y vendrían a buscarme, no tenia mucho tiempo y justo ahora estaba perdiendo lo poco que me quedaba, colgué la llamada, justo antes de guardarlo en mi bolsillo recibí un mensaje, era una dirección no muy lejos de aquí. Estaba con cuenta del riesgo al que me estaba lanzando, pero tenía que hacerlo o habrían graves consecuencias y no estaba dispuesta a perder a nadie. "¿No es ella la chica del artículo?" Mierda.
Un par de chica comenzaron a mirarme, tenía que salir de aquí ahora mismo, en mi intento de escapar golpeé a una pareja que venía en mi dirección, ahora no tenía tiempo para nada solo para correr, trate de esquivar a quien estuviera en mi camino, no tarde mucho en volver a sentir como si mis pulmones estuvieran en llamas, seguí corriendo hasta llegar a la carretera, solo debía cruzar al otro lado, justo en ese callejón estaba tan cerca de salvarla.
El sonido de la bocina no fue suficiente para alertarme, sentí un golpe fuerte en todo el cuerpo y luego como salía volando hacia el aire, caí al suelo golpeándome la cabeza, luego todo se volvió borroso y no podía escuchar nada más que un zumbido.
Trate con todas mis fuerzas de mantenerme despierta, debía hacerlo por ella, un grupo de personas me estaban rodeando y aunque estaban hablando no entendí nada de lo que salía de sus bocas, ladee la cabeza hacia el callejón, estaba segura de que escuché su voz, era lo único q iw podía escuchar, estaba gritando mi nombre desesperada en ayuda, me senté en medio de la calle desubicada, sentí como algo bajaba por mi cabeza hasta mi cuello, me lleve la mano para descubrir que estaba sangrando, todos me miraron aterrados cuando me puse de pie tambaleando, sentí un par de brazos deteniéndome pero logré alejarme, arrastre mis pies hasta al otro lado de la calle, estaba en medio del callejón cuando me di cuenta que estaba completamente sola. ¿Acaso había llegado demasiado tarde? no estoy no podía estar pasando, hice todo lo que él me había pedido, ahora era su turno ella debía estar aquí, él lo prometio.

Una hora antes.

—Hola Charlie.

Esa voz. Era Connor. Sentí como todo mi cuerpo se paralizó en un instante, el solo haber escuchado su voz fue suficiente para hacerme sentir insegura.

—Se que sigues ahí, no me importa que te quedes callada, me gusta el suspenso pero debo confesarte, que las últimas horas fueron un infierno gracias a ti.

—Te mereces todo lo que te esta pasando, estoy segura de que pronto te encontrarán.

Aleje el celular solo para mirar el número, el código era de la ciudad, aún seguía aquí tal vez le era muy difícil salir en este momento, ya que todos lo buscaban desesperados, el solo llamarme era demasiado arriesgado , no entendía a que estaba jugando.

Eres tú otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora