Parte treinta y uno

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Aún me costaba procesar todo lo que había pasado, ni siquiera me atreví a volver a casa, lo último que quería era estar sola, en cambio entre en la primera cafetería que se cruzó frente a mis ojos, sabía que no podía hablar con Evan, debía estar molesto conmigo por no haberme ido con él, pero yo tenía derecho a dudar en especial cuando él no me dio una razón válida para seguirlo. Así que le escribí a Sam, tal vez él había tenido más suerte con su tarea, mi amigo era el único que me apoyaba en esto, después de que Elena me hubiera vendido con Evan, en esto momento no pensaba contarle a ella lo que sucedió, no creía que fuera capaz de contárselo a nadie más que a Sam, lo espere impaciente en la cafetería mientras mis piernas temblaban, diez minutos después recibí un mensaje de Chloe, preguntando si sabía que le había pasado a Evan, ella escribió en un segundo mensaje que él le había dicho que se vería conmigo un momento, pero después de eso volvió hecho una fiera, que incluso azoto la puerta de su oficina tan fuerte cuando la cerró, que se sintió como si todo el piso temblara. No escribí nada devuelta, solo mire el celular como unas idiota sintiéndome cada vez más enferma, si tan solo él me hubiera hablando, tal vez yo habida hecho caso pero prefiero quedarse callado.

—¿Charlie estás bien? — la voz de Sam me trajo de nuevo a la realidad, lo mire nerviosa mientras tomaba asiento junto a mi.

—¿Lo conseguiste?

—Si — Sam buscó en su bolsillo un trozo de papel, él lo arrastró por la mesa hasta llegar a mi — por suerte aún tengo amigos en la policía.

—Esto es perfecto, la llamaré de inmediato.

Teclee rápido aquel número en mi celular, esperé paciente cuando comenzó la llamada, en verdad esperaba que cogiera el celular, pero me lanzó directo al buzón de mensajes, Sam me hizo un gesto para que moviera la boca y dejara un mensaje.

—Señora Felton, mi nombre es Charlie Grayson soy reportera, soy amiga de Elena se que usted hablo con ella, querría hablar con usted sobre la muerte de su hijo, tampoco creo que haya sido un accidente, si desea hablar llámeme de vuelta a este número, yo podría ayudarla a limpiar su nombre.

—¿Crees que ella esté dispuesta a hablar?

—Si lo hizo con Elena, lo haré conmigo, ella es una mujer que ya perdió a su hijo, así que no creo que tenga nada más que perder.

—¿Como te fue con Connor?

—Para ser sincera, no quiero volver a estar cerca de ese hombre, pero con suerte y ayuda de Alison podremos ponerle fin.

—Diablos debo volver a la oficina, si necesitas algo más solo llámame.

Sam me beso en al mejilla y salió corriendo en busca de un taxi, lo vi alejarse mientras bebía de mi café, me quede en ese lugar por más de media hora más, esperando a que ese celular volviera a sonar. Aún así necesitaba más evidencia real, estaba segura que Connor debía tener un registro sobre el tráfico de la droga, si pudiera tener acceso a esos archivos, no tenía que seguir buscando pistas con callejones sin salida. Ignore la llamada de Elena que a estas alturas debía estar llamando para pedirme una disculpa por haberme vendido con Evan, que debía estar odiándome en este momento, me levante casi de inmediato de esa silla, corrí hacia la calle en busca de un taxi desocupado, después de que tres de ellos me ignoraran por completo, uno se detuvo justo en frente, le dije que me llevara hasta The Empire, sabía que era mejor si hablaba con él, tal vez podría saber información que yo desconocía, o podría quedarme callada mientras él me asesinaba con la mirada, lo que pasara primero sería. En ningún momento dejé de ver mis zapatillas mientras el elevador subía, no se por que sentía que era de nuevo mi primera vez aquí, pero si Evan estaba tan molesto como Chloe había dicho, tal vez ni yo podría devolverle el buen humor o al menos uno normal donde no cerrara las puertas con toda su fuerza, cuando las puertas se abrieron camine hasta el escritorio de Chloe, aunque escuché mi nombre en un pasillo seguí firme hasta llegar a ella. Cuando Chloe levantó la mirada la su boca se abrió un poco, en menos de dos segundos todos los demás estaban junto a ella.

Eres tú otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora